
En la ceremonia de apertura del Año Judicial, el fiscal general del Estado se refirió a la corrupción en España, una actividad delictiva que ha aumentado exponencialmente en los últimos tres años con sonoros casos bajo investigación en los tribunales. No hay "zonas de penumbra" para los corruptos
"La corrupción es de las cuestiones que más debilita la sociedad. La fiscalía trata de combatirla", dijo Eduardo Torres-Dulce en su discurso ante el rey Juan Carlos, el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y las cúpulas judiciales en el Tribunal Supremo.
"El problema es espinoso, una manifestación más entre el desencuentro entre la sociedad y la administración de justicia", dijo.
Detrás de sus palabras están la sombra de los escándalos del extesorero del PP Luis Bárcenas, Gürtel, el caso Noós - que afecta al yerno del rey Iñaki Urdangarin - y los expedientes de regulación de empleo (ERE) fraudulentos de Andalucía, entre otros.
Torres-Dulce se refirió a la corrupción pública pero también a la privada, citando los complejos casos de las participaciones preferentes emitidas por los bancos por los que miles de pequeños ahorradores han perdido todo su dinero y han acudido a los tribunales para intentar recuperarlo.
Despedidas en la ceremonia
La ceremonia de apertura del Año Judicial sirvió de despedida oficial a los vocales del Consejo General del Poder Judicial y de su presidente, Gonzalo Moliner, cuyos mandatos terminan este mes de septiembre.
Moliner aprovechó su discurso para pedir que la justicia no se vea sometida a los vaivenes políticos. "Se trata de entender que la reforma de la justicia constituye una cuestión de Estado que requiere por lo tanto un acuerdo de Estado para que la misma pueda ser aceptada como definitiva y no sometida como hasta ahora a los vaivenes de cada situación parlamentaria", dijo.
A las puertas del Tribunal Supremo donde tuvo lugar la solemne ceremonia, cientos de personas se manifestaron contra recientes medidas como la ley de tasas, que a su juicio dificulta el acceso del ciudadano a la Justicia al obligarle a costear parte de las reclamaciones ante los tribunales.
Mejoras en el Tribunal Supremo
No obstante, a pesar del delicado momento económico y político que vive España, el presidente del órgano de control de los jueces dijo que "no es el peor momento de la justicia".
En ese sentido, destacó una importante mejora en el retraso del Tribunal Supremo en la resolución de casos y una reducción de asuntos judiciales en trámite de casi el 5% a finales de 2012, según datos de la Memoria del CGPJ de 2013.
El efecto de la crisis económica se ha hecho sentir especialmente, sin embargo, en un aumento de los asuntos civiles y sociales del 4% y 6%, respectivamente, en 2012.
La tendencia al alza se ha mantenido en el primer trimestre de 2013, donde por ejemplo el número de procesos por despido se ha incrementado un 24,4%.