
El 'caso Bárcenas' no le amarga las vacaciones al presidente del Gobierno que disfruta en Ribadumia, un pequeño pueblo de Pontevedra, de paseos con amigos en plena naturaleza y de suculentos platos de callos, su comida preferida. La tranquilidad y la calma que muestra Mariano Rajoy en su tierra contrasta con el ambiente tempestuoso que reina en el PP por las amenazas de su extesorero.
A pesar de los sucesos que se han producido en el período estival -el bronco debate en el Senado, el conflicto de Gibraltar y el continuo desgaste del 'caso Bárcenas'- el presidente Rajoy no ha cambiado ni un mínimo detalle de sus planes de vacaciones. Tras pasar unos días en el coto de Doñana ha viajado a Galicia para pasar el resto de su tiempo de descanso en una casa rural de un pequeño pueblo de Pontevedra. Allí se ha reencontrado con sus fieles amigos y sus paisanos de siempre, entre ellos el alcalde de Ribadumia, el presidente de la Diputación de Pontevedra, la ministra Ana pastor y su marido José Suárez o el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.
Según la información del diario La Razón, su presencia en Ribadumia sólo la delata un pequeño equipo de seguridad, por lo demás, Rajoy ha querido pasar desapercibido. A pesar de la cercanía del presidente con los vecinos del pueblo no se deja ver mucho, allí aseguran que es muy reservado y que le gusta mucho estar con la familia. La semana judicial lejos de Galicia va a ser ajetreada con las declaraciones en la Audiencia Nacional de María Dolores de Cospedal, Francisco Álvarez-Cascos y Javier Arenas pero a Rajoy los papeles de Bárcenas no le quitan el sueño.
Mariano Rajoy pasea y medita por el llamado Sendero de la Piedra, kilómetros de ejercicio para oxigenar el cerebro. Tien previsto visitar el Monasterio de Armenteira y, como siempre que visita Ribadumia, se dejará caer por los restaurantes de la zona para probar los ricos platos de callos que tanto le gustan, según los vecinos. Como buen gallego da muestras de su carácter calmado y tranquilo, capaz de abstraerse en medio de una tempestad. La gente de Ribadumia le describe como una persona muy agradable y campechana, simpre acompañada de sus familiares y amigos. "Es muy normal", aseguran. Rajoy en estado puro.