
En los cuarteles del PP están contentos con el resultado de la comparecencia de Mariano Rajoy el pasaso 1 de agosto en el Senado. El presidente reconoció un error, "me equivoqué" al calificar a Bárcenas. Y los dirigentes populares se dieron por satisfechos con un líder más humano, que no se vio abocado, o que supo sortear la financiacón ilegal del PP. ¿Quienes fueron los artifices de su discurso? El PSOE pedirá careos con Bárcenas y la declaración de Rajoy como testigo
Dos mujeres. Soraya Sáenz de Santamaría, y Carmen Martínez de Castro. Vicepresidenta del Gobierno y secretaria de Estado de Comunicación, respectivamente. La primera, días atrás en los círculos conspiranoicos para derrocar a Rajoy y remplazarlo en caso de que hubiera tenido que dimitir. La segunda, la responsable del patinazo de Moncloa que dejó pasar unas condolencias al pueblo chino en el mismo escrito en el que expresaba su pésame por las víctimas de Santiago de Compostela.
En esta empresa, las dos, junto con Mariano Rajoy, han acometido la labor de supervisar y documentar el cuerpo del discurso con el que el primer dirigente de los populares, de momento, da por zanjado el 'asunto Bárcenas'.
Lo principal, relataba ayer El Mundo y, hoy elsemanaldigital, es que Pedro Arriola, el eterno gurú de Génova 13, no fue el autor íntegro del texto. Un documento, en cuyo primer turno, Rajoy cosechó las críticas de algunos populares que no dejaron de trasladar a ciertos medios la somanta de palos que le estaba metiendo Rubalcaba y Rosa Díez. Eso explicaría quizás otro rumor extendido. El de que ciertos servicios secretos habían extendido su red para interceptar los mensajes y wasap de los parlamentarios españoles, entre ellos, los del PP.
Las claves de la comparecencia
Asegura hoy ESD, que fue la célula Rajoy-Sáenz de Santamaría-Martínez de Castro la que decidió, en primer lugar acudir al Congreso y atajar la sangría de críticas que hay provocado hasta ahora el caso Bárcenas. En segundo lugar, el desplazamiento de Arriola, más partidario de dejarlo pasar y, en tercer lugar, la supervisión de Mariano Rajoy, el espíritu de esta cocina de la que surgió la frase de "Me equivoque", que según fuentes consultadas corresponde a Soraya.