Política

Susana Díaz, una dirigente pata negra mucho más temida que querida

Susana Díaz, sustituirá a Griñán en la Junta de Andalucía. Imagen: EFE

Susana Díaz es una killer. Así la definen internamente en el PSOE andaluz, donde sus cuchilladas son ya antológicas. Su autoridad se basa en el miedo, no en la convicción, ya que su discurso político es hasta ahora pobrísimo.

Lo poco que mostró en el amago de primarias, durante algunos mítines para lograr avales, fue un sideral desconocimiento de la economía y el tejido productivo andaluz, amén de una sarta de vaguedades y eslóganes vacíos del tipo "quiero un nuevo tiempo" o "una nueva ilusión".

Sevillana, de Triana y con 39 años, siempre ha cobrado del partido. Su marido trabaja desde hace unos meses en la productora de cabecera de Canal Sur, la televisión que ella misma controla como consejera de Presidencia. El enchufe y el nepotismo descarado es una de sus señas de identidad: la ejecutiva del PSOE de Sevilla, que dirige, está compuesta en un 99 por ciento por cargos públicos de confianza de la Junta, ayuntamientos y la Diputación de Sevilla -uno de los mayores focos de enchufismo en España-.

Licenciada en Derecho por la Universidad de Sevilla, tardó quince años en lograr la carrera, que aprobó además en gran parte gracias a trabajos, y no mediante exámenes. Era concejal de Juventud en el ayuntamiento (1999-2004) y sus contactos políticos sirvieron para hacerle más 'asequible' lograr el título.

El alcalde que la nombró, Alfredo Sánchez Monteseirín, fue luego decapitado por ella y se quedó sin cargo orgánico alguno tras perder las locales de 2011. Otros de sus padrinos iniciales en el PSOE de Sevilla, como el histórico José Caballos o el exconsejero de Empleo imputado en los ERE, José Antonio Viera, también fueron apartados por ella de responsabilidades orgánicas. Respaldada primero por Chaves en el partido, y luego por Griñán tanto en el PSOE como en el Gobierno, logró en 2010 -cuando era secretaria de organización de los socialistas andaluces- expulsar también del partido a uno de sus máximos competidores por alcanzar la cima: el cordobés Rafael Velasco, también muy cercano a Griñán. Esta es la trayectoria de quien gobernará Andalucía desde septiembre y, al menos, hasta 2016.

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