
Mariano Rajoy claudicó ante las presiones del Parlamento y de la calle y anunció ayer que comparecerá en el Congreso a finales de julio o principios de agosto para dar su versión sobre el llamado caso Bárcenas y para abordar la situación económica del país.
En lo que ha supuesto un giro de 180 grados en su discurso, el presidente del Gobierno accede a dar explicaciones en la Cámara Baja, consciente de que este tema "ha podido suscitar dudas" en muchos ciudadanos.
Esa comparecencia se producirá medio año después de haberse destapado la supuesta financiación irregular de su partido, semanas después de que Rajoy apareciese entre quienes presuntamente cobraron sobresueldos ilegales (cuando era ministro de Aznar) y días después de que la prensa publicase los mensajes telefónicos que, hasta este mismo año, se intercambiaron el propio jefe del Ejecutivo y el extesorero del PP, Luis Bárcenas.
Al solicitarla motu proprio, Rajoy esquiva la moción de censura que el líder de la oposición, Alfredo Pérez Rubalcaba, le amenazó con presentar si, finalmente, no daba explicaciones. Al mismo tiempo, el formato permitirá al presidente evitar las preguntas de los periodistas, dado que Moncloa ha suspendido la tradicional rueda de prensa de balance de curso que Rajoy iba a convocar el próximo viernes, tras el Consejo de Ministros.
La sorpresa rumana
Mariano Rajoy anunció su comparecencia durante la rueda de prensa conjunta con el primer ministro rumano, Victor-Viorel Ponta, con quien mantuvo un almuerzo de trabajo en el Palacio de la Moncloa. Fue precisamente un corresponsal rumano que tomó la palabra en primer lugar, quien inesperadamente preguntó a Rajoy cuándo iba a dar explicaciones sobre el "caso Bárcenas" y en qué formato pensaba hacerlo, algo que, según enfatizó, esperan tanto los ciudadanos españoles, como otros países europeos.
Rajoy, que reconoció a su interlocutor lo buen conocedor que era de la actualidad española, aseguró que había hablado el domingo con el presidente del Congreso, Jesús Posada, para solicitar su comparecencia a finales de mes o comienzos de agosto. El jefe del Ejecutivo incidió en que ya está respondiendo a preguntas sobre este asunto, en la medida en que se las van haciendo en el Parlamento.
Al mismo tiempo, puntualizó que sus aclaraciones sobre Bárcenas (al que, como viene siendo habitual, no llegó a nombrar en ningún momento a lo largo de la rueda de prensa) se enmarcarían en una exposición más amplia sobre la situación económica y política que atraviesa el país, y en un balance de las decisiones adoptadas por su Gobierno y que, en muchos casos, los ciudadanos no han comprendido. "Voy a defender el interés general de los españoles porque creo que es mi obligación", remarcó.
Rajoy desvinculó su decisión de comparecer de la amenaza de moción de censura e incidió en que ésta puede presentarse en cualquier momento de la legislatura. Por otra parte, consideró que "es el momento adecuado" de hacerlo para aclarar las dudas que legítimamente puedan haber surgido en la ciudadanía.
Además, evitó responder a otras cuestiones, como el tono de los mensajes enviados al exsenador popular, el hecho de que siguiera en contacto con él una vez que se supo que Bárcenas tenía 16 millones de euros en cuentas en Suiza o sobre la pérdida de confianza que este caso podría haber provocado en la ciudadanía en general y entre los votantes de su partido, en particular.
Arropado por su partido
Por la mañana, Mariano Rajoy había evitado pronunciarse sobre lo que pensaba hacer en un desayuno del Foro Nueva Economía, al que acudía para presentar a su colega de partido, el presidente de Baleares. José Ramón Bauzá sí quiso evidenciar el apoyo a su líder y aseguró que Rajoy debía comparecer cuando le pareciese oportuno, en beneficio de los intereses generales. Bauzá también criticó que "la moción de censura solamente la puede hacer el PSOE estando en la oposición".
Rajoy abandonó ese acto al término del discurso del líder balear, y antes de que arrancase el turno de preguntas, aludiendo problemas de agenda. Con todo, el jefe del Ejecutivo estuvo arropado por una nutrida representación del Gobierno y del PP. Acudieron la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría; la ministra de Fomento, Ana Pastor; el de Defensa, Pedro Morenés; la titular de Sanidad, Ana Pastor; así como el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González; la alcaldesa de la ciudad, Ana Botella; el presidente valenciano, Alberto Fabra; el portavoz económico del PP en el Congreso, Vicente Martínez Pujalte; o Estéban González Pons, vicesecretario de Estudios del partido, entre otros.