
Bárcenas en la cárcel, extraordinariamente airado por lo que considera el abandono de sus conmilitones y lo que es sin duda el final definitivo de su etapa de opulencia, ha decidido 'tirar de la manta' para enfangar a quienes considera traidores en el Partido Popular, que son casi todos. La credibilidad de los partidos en este momento es bien escasa, por lo que, aunque rija la presunción formal de inocencia, el PP tendrá dificultades para hacerse creer. Siga aquí las reacciones a los originales de Bárcenas. | Hoy, Miguel Duran ha mandado un mensaje al PP: Bárcenas se siente traicionado y tiene "información delicada".
De ahí la entrevista concedida al director de El Mundo y el documento manuscrito que al parecer el propio Pedro J. Ramírez ha entregado a la Audiencia Nacional tras publicarlo como original en su diario.
Escándalo mayúsculo
El escándalo es mayúsculo porque la acusación es grave: el PP se habría financiado legalmente durante una veintena de años, se habrían subastado las concesiones públicas a cambio de dinero para el partido y, para mayor escarnio, muchos altos cargos -incluidos los ministros en la época de Aznar- habrían cobrado jugosos sobresueldos en negro. Rajoy está en la lista de quienes habrían percibido cuantiosas sumas, pese a la incompatibilidad estricta que regía para los miembros del Gobierno. El PP ha desmentido tajantemente en una nota todas estas afirmaciones.
La credibilidad de los partidos en este momento es bien escasa, por lo que, aunque rija la presunción formal de inocencia, el PP tendrá dificultades para hacerse creer, máxime después de conocer la inmensa fortuna de Bárcenas y los episodios vergonzantes del 'caso Gürtel'. Y la solución a las dudas está en los tribunales. Deberá ser el juez Ruz quien esclarezca el caso.
En efecto, el instructor de la Audiencia Nacional es quien tendrá que cotejar los ingresos y gastos de la contabilidad B de Bárcenas, y de momento no se ha desmentido la relación entre los ingresos anotados y los pagos efectuados por los representantes de las constructoras extorsionadas, que han comenzado a declarar. Además, Bárcenas ha reconocido también que hay aún más documentación comprometedora que podría filtrarse y que hoy está en manos -seguras- de una personalidad del PP.
Lo que tiene que probar el PP
En definitiva, puede decirse que la honorabilidad del PP dependerá (como dependen todas las honorabilidades) de que se prueben o no las acusaciones en su contra. A buen seguro, los jueces, expertos en estas lides, no se dejarán engañar por el resentido Bárcenas que ahora clama venganza; pero tampoco comulgarán con ruedas de molino en un asunto que está muy a la vista y en el que la Justicia se juega la credibilidad.
Todo ello con una particularidad: lo relevante en este caso no son las penas que puedan recaer sobre los infractores, porque la mayor parte de los supuestros delitos económicos de relevancia política que podrían aparecer habrían prescrito, sino los hechos que se declaren probados: no podrían continuar en política quienes hubieran mentido sobre el caso o hubiesen recibido sobresueldos opacos. Por más que en este país la repulsa social a la corrupción esté muy lejos de ser ejemplar, lo que hace dudar de la salud ética de la ciudadanía.
El inexplicable silencio de Rajoy
Vivimos, en fin, en medio de dudas colosales y a la espera de que los jueces atribuyan razones, exoneraciones y culpas, sin acabar de entender la opción de negar incluso lo evidente. No se entiende que los responsables del PP y del Gobierno no salgan en tromba a defenderse, a denunciar al tesorero infiel que según todos los indicios ha desvalijado al partido, a convencer a los ciudadanos de su inocencia. No es posible mantener esta intriga mucho tiempo, ni conservar el respeto social en medio de tanta incertidumbre.
... Podrían llegar los recibís
Y entre tanto, el diario El Mundo asegura este miércoles que el PP está convencido de que Bárcenas puede tener recibís, unos documentos más comprometedores. Recibos que pueden afectar a Acebes y a Mayor Oreja. En el PP insisten, Bárcenas carece de credibilidad.