
El presidente Mariano Rajoy ha rechazado hasta el momento llevar a cabo cambios en su equipo de Gobierno. Con todo, tras casi dos años en La Moncloa, ha tenido que presenciar como varios de sus ministros han acaparado cientos de páginas y titulares en los medios de comunicación tanto por sus declaraciones polémicas, como por sus discrepancias entre ellos, incluso hasta por su vida anterior al cargo. Unos 'méritos' que podrían hacer que Rajoy se pensase su relevo en una futura crisis de Gobierno.
El ministro José Ignacio Wert entra en este cupo siendo el miembro del Gobierno peor valorado con un 1,3 de nota media. El titular de Educación también se ha granjeado la oposición de su propio partido a raíz de algunas de sus propuestas y, hasta en dos ocasiones, le han hecho dar marcha atrás y retroceder en sus intenciones.
La última, el decreto de las becas universitarias que elevaba la nota de corte a un 6,5 para acceder a la prestación. Tras las quejas de varias comunidades autónomas gobernadas por el PP, como Galicia, Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha, Wert ha dado su brazo a torcer y se compromete a rebajar hasta un 5,5 el requisito mínimo para obtener la matrícula de la universidad gratis.
En este cambio de rumbo, ha sido determinante la postura de la dirección del partido que nunca vio con buenos ojos restringir el acceso de las becas. Así lo hicieron saber publicamente tanto el vicesecretario de Organización del PP, Carlos Floriano, como el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Alfonso Alonso, haciendo hincapié en la idea de que el partido apuesta por la igualdad de oportunidades.
Un guiño de Rajoy a Cataluña
Mariano Rajoy también ha afeado a Wert en su intento por dilapidar la inmersión lingüística en Cataluña tendiendo la mano al diálogo con los dirigentes de la Comunidad, incluso escuchando personalmente las demandas nacionalistas. A pesar de ello, el presidente ha alabado su esfuerzo por "intentar revertir la situación de la educación española".
Uno de los ejes del programa electoral del PP era precisamente tumbar la ley educativa actual.
El nulo apoyo del sector y las críticas de la oposición en bloque eran aspectos con los que ya contaba Génova al emprender esta reforma, por lo que la tarea de José Ignacio Wert en Moncloa podría haber tenido fecha de caducidad desde su nombramiento con el límite en el momento en que la LOMCE eche a andar.
Prueba de ello es el escaso vínculo con la política a lo largo de su vida- no es siquiera afiliado del Partido Popular- y sus propias declaraciones en donde descarta su intención de seguir en política cuando termine el cargo que actualmente desempeña y que lo volvería a aceptar aunque supiera que iba a recibir tantas críticas.
Elecciones europeas
La decisión de Rajoy de no tocar de momento a su equipo podría deberse a la leve mejoría de la situación económica -tras el respiro que han dado los intereses de la deuda y un probable punto de inflexión en los datos de empleo en un horizonte próximo. A ello se le sumaría también su deseo de dar cobijo a algunos de los ministros salientes como recompensa por su trabajo haciendo coincidir la crisis de gobierno con las elecciones europeas de 2014.
En este punto se encontraría el ministro de Economía, Luís De Guindos, la ministra de Sanidad Ana Mato y el de Agricultura, Miguel Arias Cañete, para los que varios medios, entre ellos El Mundo o El Confidencial, reservan incluso una comisaría relevante dentro de la UE.
La carrera de De Guindos, al igual que la de Wert está forjada lejos de intenciones políticas, y su entrada en el Gobierno trataba de ser un cortafuegos frente al rescate dada su experiencia en el terreno de la Unión Europea.
La bicefalia que existe en el equipo económico del Gobierno, con Cristóbal Montoro al frente de Hacienda, ha sido un problema para De Guindos ya que en más de una ocasión el presidente Rajoy ha optado por bascular el conflicto entre ambos a favor de Montoro.
La ministra Ana Mato ha estado en boca de los medios casi a diario no sólo por la 'revolución' que han supuesto los recortes en materia sanitaria y bienestar social, sino por su vinculación a la rama madrileña de la 'trama Gürtel'.
Aunque el electorado popular, e incluso miembros del partido verían con buenos ojos su destitución, al menos por cuestión de apariencia, el presidente Rajoy la ha protegido mostrando en público su "absoluta confianza" e incluso confía en que pueda seguir haciendo las cosas bien en su cargo "durante mucho tiempo".
El electorado del PP también está crispado con la gestión del final de ETA en manos del ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, así como la coordinación de los mandos policiales en las manifestaciones y su desconocimiento y falta de explicaciones por borradores de su propio departamento sobre las cuentas en Suiza de la familia Pujol-Ferrusola. Todo ello unido a los voces que perfilan a la delegada del Gobierno de Madrid, Cristina Cifuentes, como su sucesora, le situarían como uno de los candidatos a abandonar el ejecutivo.