
José Antonio Griñán se va. Dejará la Presidencia de la Junta, a la que accedió en 2009 tras ser elegido a dedo por Manuel Chaves y que sigue gobernando desde las pasadas elecciones de marzo de 2012 merced al pacto con IU. Griñán no volverá a ser candidato en 2016. Su marcha ha abierto una grieta en el PSOE. Las sospechas de los barones del PSOE.
¿Agotará la actual legislatura? Diego Valderas, vicepresidente por IU, dejó claro ayer en el Parlamento, donde Griñán oficializó el anuncio filtrado de madrugada, que el pacto de gobierno es entre dos partidos, no entre él y el presidente. El escenario de adelantar los comicios, tras sólo un año y un mes desde la toma de posesión del actual gobierno, queda por ahora descartado.
El mensaje político
El mensaje político lanzado por el también presidente federal del PSOE al secretario general de este partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, es además claro y contundente. Primero, Griñán anuncia que no repetirá tres años antes de las hipotéticas elecciones, algo que Rubalcaba aún no ha dejado así de claro de cara a las próximas legislativas de 2015.
Además, los socialistas andaluces elegirán nuevo candidato inmediatamente, en unas primarias que se celebrarán en julio. El PSOE a escala nacional aún no ha decidido cuándo celebrará estas primarias para elegir a su candidato, aunque en todo caso serían después de las elecciones al Parlamento europeo de mayo de 2014.
En cualquier caso, tampoco Rubalcaba ha apostado tan claramente por un proceso de primarias para que los en torno a 200.000 militantes del PSOE -50.000 de ellos andaluces- elijan al candidato a presidente del Gobierno.
Candidatos
Por todo ello, el propio Rubalcaba se apresuró a puntualizar ayer desde Bruselas que el calendario definido por Griñán atañe sólo al PSOE andaluz. Uno de sus críticos, el líder socialista madrileño, Tomás Gómez, coincidió en este caso con él y aseguró que no cree que tenga influencia sobre los tiempos del PSOE la decisión de su federación andaluza, la más potente de España. Carme Chacón, muy cercana a Griñán y a quien éste apoyó como candidata a la secretaría general del partido en el congreso de 2012 en Sevilla frente a Rubalcaba, señaló por su parte que alaba la decisión de Griñán y respaldó que abra un relevo generacional.
El presidente andaluz pidió ayer "savia nueva" mientras todas las miradas se dirigen hacia las dos personas que le 'escoltaban' a su llegada a la cámara autonómica: Susana Díaz, consejera de Presidencia y mano derecha en el Gobierno andaluz; y Mario Jiménez, portavoz parlamentario del PSOE y el único que tuvo un gesto de cariño con Griñán cuando este terminó su discurso de ayer en el Parlamento, donde se celebra el debate sobre el Estado de la Comunidad hasta hoy.
Díaz es quien tiene, de inicio, más fuerza, ya que dirige desde el año pasado el PSOE de Sevilla, el más potente de Andalucía. La consejera dejó sus cargos orgánicos en el PSOE andaluz para dirigir el sevillano, donde estaba desde que Griñán asumió la secretaría general en marzo de 2010 y la secretaría de Organización (número 2 del partido).
Griñán aludió indirectamente a su edad (67 años) para justificar su salida. También propuso que se limite a dos los mandatos de un presidente de la Junta y avanzó que propondrá que ese límite quede recogido en el Estatuto de Autonomía. En su intervención, sin embargo, dejó clara cuál es su preocupación real: su posible imputación en el caso de los ERE por su papel como consejero de Hacienda entre 2004 y 2009. En ese periodo, aprobó ampliaciones de crédito para el fondo de reptiles por 125 millones. Ese fondo usó 700 millones entre 2001 y 2010. Griñán reconoció el uso ilícito de los fondos pero declaró legales esas ampliaciones.