
La figura política emergente en España es la líder de UPyD, Rosa Díez, cuyo mensaje a favor de cambiar el sistema desde dentro está atrayendo a votantes frustrados por la crisis económica y la corrupción oficial en España. Sin el discurso estridente antisistema del italiano Beppe Grillo y del héroe de la izquierda griega Alexis Tsipras, Díez confía en el debate incisivo para ofrecer su mensaje de reforma a un país que ha sido presionado hasta el límite por la crisis de deuda de la eurozona. Rosa Díez pregunta a los ciudadanos: '¿Es posible otra política?'
Díez, de 61 años, abandonó el Partido Socialista hace seis y formó el partido centrista Unión Progreso y Democracia (UPyD). Las encuestas muestran que es la política española más valorada en momentos en que una cuarta parte de la población está en el paro y mientras crece el desencanto con la clase política, así como la cantidad de casos investigados en los tribunales por denuncias de corrupción política.
Cultiva una imagen inconformista (con un corte de pelo asimétrico y las uñas pintadas de colores distintos) pero sus políticas están lejos de ser revolucionarias. Se define como social liberal que apoya la economía de libre mercado, libertades individuales progresivas y el estado del bienestar.
"El bipartidismo asfixia a la democracia"
"El bipartidismo ha asfixiado a la democracia y eso la gente lo sabe. Hay en España una inmensa mayoría de ciudadanos que quieren un cambio radical pero profundamente institucional. No son antisistema, quieren un cambio radical desde el sistema, y allí estamos nosotros", dijo Díez en una entrevista. Durante los últimos 36 años, el Partido Popular y el PSOE se han repartido el poder y han controlado desde las cajas de ahorro hasta el poder judicial debido a la llamada Ley d´Hont, implantada para limitar la proporcionalidad y que favorece a los dos grandes partidos.
El desafío a ese 'status quo' en España refleja la agitación política en toda Europa, donde populistas y extremistas han sacado provecho de las medidas sobre austeridad, inmigración, recesión y desempleo. Pero mientras que el ascenso de los partidos más pequeños ha supuesto una fragmentación desestabilizadora y coaliciones inestables en países como Italia y Grecia, en España, la sombra reciente del franquismo hace que exista poco apetito por el extremismo. Aquí, el aumento del peso de voces alternativas podría ser un síntoma de maduración de la democracia, según algunos analistas.
El padre de Rosa Díez fue encarcelado por sus ideas políticas durante la dictadura de Francisco Franco, y ella dice que fue criada en la política. Después de la muerte de Franco y la celebración de elecciones democráticas en 1977, Díez dijo que era "lógico" que se involucrara en la política, donde ha estado desde entonces. La líder magenta ha conseguido apoyos tanto desde la izquierda como desde la derecha por sus puntos de vista proeuropeos y su línea centrista. Así, ha sacado provecho de la indignación pública por el costoso rescate a los bancos que durante el boom de la construcción concedieron préstamos desenfrenadamente.
Bien considerada
Los españoles concedieron una nota de 3,96 a Díez en un sondeo de Metroscopia este mes, mientras que Rajoy obtuvo un 2,44 y el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba un 3. Aunque ahora está bien considerada, podría serle difícil mantener un papel simultáneo como rebelde y operadora política. Sus críticos dicen que el ascenso de Díez se verá limitado por su objetivo de devolver poderes al Gobierno central que han sido transferidos a los gobiernos de Cataluña y País Vasco, y por la falta de detalle en su política económica.
Díez rechaza las críticas y señala sus iniciativas para cerrar empresas públicas e instituciones innecesarias, simplificar los contratos para abaratar la contratación y el despido y unificar las normas empresariales en toda España. La líder reconoce que será difícil para su formación conseguir un gran resultado a menos que se reforme la ley electoral que dificulta a los partidos minoritarios obtener representación más allá de las grandes ciudades, Madrid y Barcelona.
Un escenario en el que UPyD e Izquierda Unida podrían brillar será en el de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo año, donde se espera que obtengan un número significativo de escaños ya que ese recuento se hace estrictamente con bases proporcionales.