La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, ha cifrado en 5.000 los participantes en las marchas celebradas ayer por el 15M por su segundo aniversario, frente a los 35.000 que se congregaron el año pasado en Sol.
Cifuentes ha afirmado que el movimiento 'indignado' ha perdido apoyo "social y ciudadano" porque frente a unos inicios en los que "querían aglutinar a diferentes movimientos y corrientes, que querían regenerar el sistema, a medida que ha ido pasando el tiempo se ha ido radicalizando".
No obstante, la delegada ha reconocido que este movimiento "ha tenido un papel importante y siegue teniéndolo, que es el de espolear la conciencia colectiva". Además, ha dicho que cree que ha aportado algo a la sociedad. "Creo que todos los movimientos sociales aportan cosas siempre que aquello que propongan sea legítimo", ha añadido.
Desestabilización de las instituciones
Eso sí, durante su discurso, Cifuentes ha criticado las actuaciones orientadas a desestabilizar las instituciones representativas en forma de rodeos o asedios al Congreso o, en referencia a los escraches, "a las coacciones, persecuciones, hostigamientos y amenazas con el fin de torcer la voluntad de los legítimos representantes políticos".
En este sentido, ha aludido a la reciente manifestación del 25 de abril, convocada bajo el lema 'Asedia el Congreso', "una muestra patente de la madurez del pueblo español, que no ha querido mostrar su apoyo a una iniciativa de carácter violento, desde el convencimiento de que la violencia no es la solución".