Política

La ambición de Caldera, más allá de la estrategia del PSOE

El ex ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Jesús Caldera.
El propio Jesús Caldera quiso desmentir ayer oficialmente, desde un programa de la televisión pública, que su no inclusión en el nuevo Gobierno no ha sido cuestión de ambición política. Aparte de la escasa lógica política que tiene hacerle la guerra en el Ejecutivo a María Teresa Fernández de la Vega, lo que está claro es que en los nuevos equipos que Zapatero ha creado, con más o menos acierto, no encajaba el ex ministro de Trabajo.

Es más creíble la versión que pone fuera de lugar a Caldera porque sus convicciones y, si se quiere, ambiciones políticas, están al margen de la estrategia por la que se ha optado en el programa electoral que él mismo ha dirigido y, por ende, del trabajo que deben realizar ahora quienes las deben poner en marcha. La llegada de Miguel Sebastián al Gobierno no es una apuesta en solitario de quien ha aprendido de sus errores.

Innovación en el programa del PSOE

Al contrario, lleva con él un equipo de gente, en el Congreso, en el Tesoro y en otros ministerios importantes, como el nuevo de Ciencia y Tecnología, cuyas ideas y proyectos chocan directamente con lo que ex ministros como Caldera , Jordi Sevilla o Cristina Narbona postulaban para estos cuatro años de legislatura. Ellos no querían quitar el Impuesto del Patrimonio y se quitó; son contrarios de forma radical a la energía nuclear, y éste es un debate que no se puede cerrar; no entienden Asuntos Sociales fuera de Trabajo para poner en marcha una Ley de Dependencia que el ex ministro paseó por las residencias de ancianos de toda España; ni Medio Ambiente con Agricultura y con la posibilidad de hacer trasvases, si es necesario, y se ha hecho.

El no por respuesta a la mayor parte de las innovaciones que el programa del PSOE plantea que se vio durante la elaboración del programa es lo que ha llevado al ex ministro de Trabajo a quedarse fuera del Gobierno. Y para que tenga dos tazas de té, aunque no le guste, el encarguito de la fundación es el colofón de la apuesta de Zapatero por un modelo de Gobierno y la apertura de un nuevo frente, el de las ideas dentro del partido. No sabemos si Caldera logrará aglutinar las cinco fundaciones ni si será capaz de sintetizar las ideas de sus promotores, del nivel de Alfonso Guerra, el mismísimo Felipe González y gran parte de la vieja guardia del partido.

'Un amigo' que no encaja en la nueva etapa

Lo que está claro es que con la iniciativa, además de ocupar a "un amigo" que no le encajaba en la nueva etapa, revuelve las catacumbas del PSOE para ver quién piensa qué dentro de la formación y sus ángulos muertos con forma de fundaciones. Además, Jesús Caldera no va a perder protagonismo mediático, al menos a corto y medio plazo. Deberá redactar la ponencia política del Congreso Federal del PSOE del próximo mes de julio en apenas un mes, un encargo que le coloca de forma automática en la ejecutiva federal del partido, el órgano que marca las pautas y se adelanta a las políticas oficiales desde Ferraz. El problema es que los que las ejecutarán son los que le han dejado sin puesto en el Gobierno.

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