
Alfredo Pérez Rubalcaba ha cumplido la promesa de "reforzar su agenda social" y a tan solo un mes de la celebración del Comité Ejecutivo apenas ha dejado un par de días libres en su agenda con el objetivo anunciado de recuperar la credibilidad del partido. Tras los rumores de crisis interna y falta de liderazgo- PSC, las primarias en Galicia y la moción de Ponferrada- el secretario general del PSOE ha levantado el vuelo dando un volantazo hacia la izquierda como reivindicaba desde hacía meses un amplio sector de la organización. Los errores de Rubalcaba.
Su último discurso, este domingo en Badajoz, ha sido la última muestra de su apuesta por "cambiar el PSOE para que vuelva a ser el PSOE". "Queremos que paguen los que más tienen, los que más ganan y los que más heredan", explicaba Rubalcaba en esta conferencia sobre fiscalidad, la tercera de las cinco citas monográficas previstas antes de la Conferencia Política de octubre.
Estas propuestas se contextualizan en un escenario donde la tributación efectiva de las grandes empresas es un tercio del tipo nominal del Impuesto de Sociedades, mientras las rentas medias, con el aumento de tramos, han absorbido la mayor parte de lo que pretende recaudar Hacienda. Además la sensación de impunidad frente a la corrupción ha escalado hasta los primeros puestos del barómetro del CIS.
Rubalcaba, consciente de que también su propio partido es responsable de lo que él ahora denomina "falta de equidad en el sistema de redistribución de la riqueza" tras las modificaciones en el IRPF en 2010 por Zapatero que incluyeron además la retirada de la deducción de los 400 euros, se ha puesto manos a la obra para contentar a su electorado.
El mayor castigo a las clases altas pasa también por poner punto y final a las exenciones del IVA a la sanidad y a la educación privadas y por el contrario bajar los tipos de los productos de primera necesidad y el de la cultura.
Desahucios
Otro de los puntos en el que el líder socialista ha tenido que entonar el mea culpa para conseguir un lavado de imagen exprés de cara a octubre, es el tema de los desahucios. Con él en el Gobierno se llevaron a cabo el 99% de los procesos y tan sólo un 1% desde 2012, según un informe del Banco de España, recogido por La Razón.
Por todo ello, Rubalcaba ha visto con tan buenos ojos la medida de expropiar a las entidades bancarias las viviendas vacías que ha tomado la Junta de Andalucía que la asume en su propia hoja de ruta. Los socialistas incluirán esta medida que es cuestionada por el Gobierno por su "dudoso anclaje constitucional" como una de las enmiendas a la proposición de ley de Vivienda.
Casa Real
Tras los asuntos económicos, la deriva de la Casa Real es un quebradero de cabeza también para el líder de la oposición. Según comentaron a este diario fuentes de Interior hace unas semanas, la "amistad con el Rey de Alfredo Pérez Rubalcaba" le impediría atender las peticiones de un amplio sector socialista que aboga por tomar una postura más crítica hacia la institución, han asegurado a este diario fuentes cercanas a Interior.
Las presiones han sido tales- con las juventudes socialistas como abanderadas del final de la Monarquía- que Rubalcaba se ha atrevido a airear su faceta de "republicano por convicción", aunque continúa creyendo en el espíritu de la Transición. El tema no se queda en palabras, los socialistas han propuesto modificar la Constitución con el fin de que el rey tenga un"estatus semejante al resto de los políticos y responsables públicos" y abogan por incluir a la familia al completo en la Ley de Transparencia.
Revisar el estatus de la Iglesia
A esta también debería someterse la Iglesia católica, a juicio del líder del PSOE, quien este sábado proponía que "no se gaste un euro del Estado que se desprecie".
"Tenemos que hacerlo, por tanto lo vamos a hacer", ha aseverado Rubalcaba, quien ha apuntado que en la Conferencia Política que el PSOE celebrará en octubre, se realizará una "aproximación" sobre en qué se gasta el dinero el Estado, "que incluirá lógicamente los gastos de la Iglesia y el IBI", ya que a su juicio "es razonable que se haga así".