
UPyD amplía sus denuncias en el caso Bankia. Tras haber conseguido la imputación de los 33 miembros del consejo de administración de esta entidad, ahora va contra la antigua cúpula de Caja Madrid, entidad que lideró la constitución del grupo Bankia. Afectados por preferentes de Bankia llevan sus quejas al Consejo de Consumidores
El partido de Rosa Díez presentó ayer una demanda ante la Fiscalía Corrupción contra la caja, su consejo de administración y el comité de dirección durante la presidencia de Miguel Blesa por estafa, apropiación indebida, falsificación de cuentas en conexión con delitos societarios y administración fraudulenta. El objetivo, según el abogado de UPyD, Andrés Herzog, es que se conozca la verdad de lo ocurrido y que los culpables "asuman responsabilidades".
En la querella, la formación política acusa a Caja Madrid de haber "maquillado" las cuentas y apunta a que los 152.000 millones de euros en activos que aportó a Bankia en el momento de su integración con Bancaja y otras cinco cajas de pequeño tamaño "se volatilizaron", al igual que el patrimonio de 5.100 millones.
UPyD también hace hincapié en su escrito en las distintas retribuciones e indemnizaciones que percibieron sus directivos durante 2007 y 2010. El equipo de Blesa, sostiene, se llevó en ese periodo 68 millones. En este último ejercicio el nuevo presidente de la caja, Rodrigo Rato, cobró 2,7 millones.
A su juicio, estos emolumentos son "estratosféricos" e "inauditos" y son constitutivos de conducta abusiva y desleal "penalmente relevante" debido a que "no retribuyen ningún tipo de excelencia profesional" y que en su mayoría fueron modificados ante la previsible fusión. Concreta que Blesa recibió 12,4 millones; Ildefonso Sánchez Barcoj, 9,7 millones; Matías Amat, 9,7 millones; Enrique de la Torre, 7,2 millones; y Ricardo Iglesias Morado, 6,2 millones.
La demanda, según informa Ep, se basa en "múltiples irregularidades" detectadas por el Banco de España en la gestión de Caja Madrid y que "fueron ignoradas" por la entidad. Así, precisa que la aportación de activos y patrimonio a Bankia era "irreal", ya que se ocultaron las "irregularidades" apreciadas por el supervisor en los informes de inspección.