
La dirección del PSOE avaló a través de dos vías la decisión del exministro y diputado del PSOE José Blanco de no dimitir hasta que no se abra juicio oral contra él y a pesar de que la Fiscalía ya se ha pronunciado a favor de que se le juzgue por tráfico de influencias y prevaricación, en el marco de las investigaciones de la llamada Operación Campeón. Rubalcaba celebra la decisión de Blanco.
Por un lado, en los pasillos del Congreso, el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, respaldó sin fisuras el propósito del exministro de Fomento de, de momento, mantenerse en su escaño del Congreso de los Diputados. Así reaccionó el líder socialista aun cuando Blanco dio a conocer su voluntad de resistir sin consultar antes con su jefe de filas. Pese a ese desencuentro, Rubalcaba atajó la cuestión diciendo que la dimisión que de verdad le interesa, y que continuará reclamando, es la del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
Posteriormente, la segunda vía de respaldo a Blanco la abrió la vicesecretaria general de los socialistas, Elena Valenciano, quien argumentó que la posición de Blanco es "razonable y respetable".
"Creo en su inocencia"
"Yo creo en su inocencia", afirmó Valenciano durante una entrevista en la Cadena Ser. El cierre de filas socialista en torno a Blanco llega después de que, esta semana, el fiscal del Supremo Manuel Dolz pidió al Alto Tribunal que envíe al Congreso el suplicatorio para poder juzgar al exministro de Fomento y ex número dos del PSOE.
La petición, autorizada por el fiscal general, Eduardo Torres-Dulce, tras consultar a los fiscales de sala de la jurisdicción penal, se basa en los indicios surgidos contra Blanco por haber ayudado a su amigo José Antonio Orozco, vicepresidente de la empresa Azkar, a conseguir la licencia de construcción de una nave logística cerca del aeropuerto de El Prat (Barcelona).