
La presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, no dejó títere con cabeza en el Comité de Dirección del PP de Madrid del pasado 6 de febrero. Si ya habían trascendido las discrepancias de la otrora 'lideresa' con Ana Botella por las gestión del Madrid Arena y con Ana Mato, a la que instó a dimitir por su vinculación con la red Gürtel, las últimas informaciones de lo que ocurrió intramuros apuntan a María Dolores Cospedal. La expresidenta madrileña insultó llamando imbécil hasta en dos ocasiones a la Secretaria General del PP por cómo estaba gestionando el 'caso Bárcenas' y el despido Jesús Sepúlveda, según fuentes populares. Un hecho que tanto el gabinete de Aguirre como el PP desmienten. Aguirre carga contra Mato y Botella.
Según ha podido conocer La cadena Ser, los que estuvieron presentes en el encuentro consideran que Aguirre fue bastante "despreciativa" con Cospedal aunque reconocen que es su tono habitual. Además de presumir de su labor de "limpieza y transparencia" que ellá comandó en la región en su etapa de madrileña precisamente con el 'caso Gürtel'.
El presidente del Gobierno Mariano Rajoy no se libró tampoco del cuestionamiento de Aguirre y también fue objeto de las críticas al lamentar la lentitud de los tiempos que se marca. En febrero todavía el Partido Popular no había emprendido acciones legales ni con el extesorero ni contra el diario El País. Una acción que incluso fue reclamada en público por Aguirre y por otros miebros pesados del partido.
Cospedal, bajo lupa
La gestión de la secretaria general del partido María Dolores de Cospedal está siendo observada con lupa, no solo por la oposición sino también por sus propios compañeros de partido. Pese a ser la avanzadilla en la denuncia contra el extesorero Bárcenas asume en gran medida la responsabilidad de cara a la opinión pública con innumerables declaraciones, no siempre afortunadas. Esta situación habría creado un cisma entre el partido y el Gobierno; en concreto entre Cospedal y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría quien se niega a contestar a los periodista sobre el tema.
Según fuentes consultadas por El País el partido estaría molesto con el Gobierno por no echarle una mano. A la inversa también existiría recelo por no saber afrontar la situación.