
El presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ha expresado ante el Pleno del Parlamento su rechazo a la reforma local que el Gobierno de la Nación ha puesto sobre la mesa, toda vez que es un paso más en una "forma de despotismo ilustrado", que considera que desde el centro y desde el uniformismo se pueden resolver todas las cuestiones que afectan a la convivencia. El 82% de los concejales, sin sueldo.
En la sesión este miércoles de control al Consejo de Gobierno del Parlamento, Griñán ha manifestado que cualquier reforma local debe contemplar la realidad del territorio español y hacerse de abajo a arriba, algo que no ocurre con la que ha planteado el Ejecutivo del PP.
A su juicio, bastante complicadas están ya las cosas para crear más problemas donde no los hay y ha indicado que esa reforma local, sin duda, es un "paso adelante en la dirección equivocada" y un paso más en la subordinación de la democracia y política "a una pretendida eficiencia que suele desembocar en la privatización de los servicios públicos fundamentales".
"Lo que afecta a todos debe ser resuelto entre todos y este es un terreno muy importante para buscar acuerdos y consensos", según Griñán, para quien la democracia no es ni mucho menos la que ha provocado la crisis pero, sin duda, esta crisis puede acabar con la propia democracia.
Ha insistido en que es "imprescindible mantener una fuente democrática como los ayuntamientos a través de los alcaldes y los concejales", al tiempo que ha criticado que la reforma local trate de reducir el número de concejales con el "falso pretexto de ahorrar dinero, cuando más del 80%no cobra ni un euro".