
Jesús Caldera, vicepresidente ejecutivo de la Fundación socialista Ideas, no quiere dimitir por el escándalo de Carlos Mulas y Amy Martin. "A no ser que me destituyan", apostilla. Pero Ferraz y también sus adversarios populares piden su cabeza. A fin de cuentas, argumentan, "él es el responsable político".
Jesús Caldera "no tenía poderes sobrenaturales" -se justifica el exministro de Trabajo de la primera legislatura de Zapatero- para adivinar que en la dirección de la Fundación Ideas había una persona, Carlos Mulas, capaz de inventarse un pseudónimo para facturar 50.000 euros tras la fachada de una supuesta escritora y analista llamada Amy Martin.
Confundido por la fascinación que el doctor en Economía por la Universidad de Cambridge, máster en Relaciones Internacionales por la Universidad de Columbia y doctor miembro del I.J. March en Ciencias Sociales -constata en su página web el propio Mulas-, Caldera hacía una reflexión en voz alta nada más saltar el escándalo: "Vamos a perder una cabeza" de primer nivel.
Caldera lo sabía
El diario ABC no dice lo mismo. Este martes asegura desde sus páginas que Jesús Caldera ya tenía conocimiento de las entresijos del señor Carlos Mulas desde el 11 de noviembre de 2011 cuando el rotativo madrileño le hacía saber que el director de la Fundación Ideas había facturado 50.000 euros a la dirección socialista a través de la empresa S.T.L, durante 16 meses.
Pero Caldera niega la mayor. Ni las presiones internas en el seno de su partido, encabezadas por el extremeño Guillermo Fernández Vara, ni las de sus adversarios populares -piden su desditución por "financiación irregular, corrupción y el tráfico de influencias" de la Fundación Ideas- han hecho mella en las perserverancia del dirigente socialista.
"Yo no dimitio, seguro"
"Yo no dimito de la Fundación Ideas, eso seguro... Creo que mi única responsabilidad fue llevar a Carlos Mulas a la Fundación... De lo que se está contando era ignorante de todo... Que yo sepa, la firma que sale en este contrato no es la mía", mantenía. "Ahora -remataba en declaraciones al diario El Mundo-, si me quieren cesar, eso es otra cosa. Yo no voy a dimitir y, hasta ahora, nadie me ha dicho nada".
El PSOE no comparte esta posición inamovible. Rubalcaba era el primero en anunciar la intención de acabar con el "timo" con "una restruturación" de la Fundación. Un cambio, apunta ABC, que se hará "sin prisa, pero sin pausa" porque el escándalo afecta a figuras como Felipe González, Zapatero y otras personalidades internacionales. Además, critican que, si hay alguien que debió tener control sobre el "golfo", ese era Jesús Caldera.