
El president de la Generalitat, Alberto Fabra, ha rechazado trasladar el 'modelo Alzira' de hospital público con gestión privada a la totalidad del sistema sanitario y ha considerado un "error" introducir cambios sin acordarlos con los profesionales del sector.
El jefe del Consell se ha distanciado de aplicaciones "descafeinadas" del modelo Alzira, y ha defendido que los cambios que se apliquen deben ser "digeribles" y contar con el apoyo de los profesionales sanitarios.
"Algunos quieren coger este sistema y adaptarlo al sistema tradicional, y eso es muy complicado, no lo queremos hacer aquí", ha afirmado y ha apostado por una externalización de todos aquellos servicios que no sean de carácter asistencial y por lograr "comprometer" a los profesionales del sector.
Fabra ha expresado su deseo de tener a este colectivo como "aliados" y como "compañeros" y ha apostado por incentivarlos para que ayuden a la Administración en lograr que la sanidad sea "más eficaz y eficiente", sin tener que "privatizar algo que les corresponde como parte del sector público".
Los cambios, ha afirmado, deben contar "con la colaboración y con compromisos por parte de aquellos que tienen que formar parte" de un cambio, que ve necesario para "mejorar la eficiencia y la eficacia", sin afectar a la prestación del servicio al ciudadano.
"No se puede penalizar a los profesionales de la Sanidad, se les tiene que hacer partícipes del cambio", ha incidido el president de la Generalitat, quien ha sostenido que las circunstancias actuales han puesto de manifiesto la necesidad de "tener la cintura suficiente" para "corregir" el rumbo de "forma rápida".
El objetivo, ha sostenido, es "garantizar el Estado del Bienestar, pero con cambios y con nuevos modelos" y ha afirmado que uno de los "pilares fundamentales" para salir de la crisis es "reinventar" la Administración para hacerla "más ligera" y "más austera".