
Un gran pacto contra la corrupción. Esa es la apuesta de Mariano Rajoy para suturar la herida que en el Partido Popular ha abierto el caso Luis Bárcenas. El objetivo es enarbolar la bandera de la transparencia para alejar de Génova 13 al fantasma del fraude y de los sobres de dinero B. El presidente se ha marchado de viaje este mismo miércoles, ni siquiera escuchará las explicaciones en el Congreso del ministro Cristobal Montoro sobre la amnistía fiscal, pero la maquinaria de La Moncloa ya está en marcha. Sin embargo, su camino se ha truncado ya: un muro del PSOE va a detener la iniciativa. El secretario general socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba, lo dejó claro ayer mismo: "Éste no es el momento"; Ferraz quiere sangre. El partido de la rosa no tiene prisa; ahora.
La propuesta de Rajoy llegaba apenas una semana después de que Rubalcaba lanzara una idea similar. A través de Facebook, el político alertaba el 13 de enero de que los últimos casos de corrupción política han creado "una grave herida en la democracia" española que merece "una reflexión profunda" por parte de los partidos "que estén dispuestos a ello". El PP no valoró la idea. Y fue entonces cuando el caso Bárcenas dinamitó el status quo.
A la carrera
Soraya Sáenz de Santamaría se afanaba el martes para impulsar una ronda de contactos con los portavoces parlamentarios: buscaba apoyos para sellar el acuerdo que quiere el partido que sustenta al Ejecutivo.
Durante todo el día, la vicepresidenta telefoneó a la vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano; al coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara; y a los portavoces parlamentarios de CiU y PNV, Josep Antoni Duran i Lleida y Aitor Esteban, respectivamente.
Los esfuerzos de la número dos del Gobierno se estrellaron con la determinación socialista: Rubalcaba avanzaba esa misma tarde que es momento de pedir al Gobierno y al PP que "aclaren su responsabilidad" en el caso, tras conocerse la existencia de una cuenta suiza a nombre del extesorero del PP, así como los supuestos sobresueldos en dinero negro.
De paso, el socialista salvaba el expediente insistiendo en que "todos los partidos" debían "ponerse de acuerdo" tanto para investigar los casos de corrupción como para "impedir que se produzcan porque una vez que un cargo público va al banquillo, tiene mal remedio aunque se le castigue duramente".
El juez, el juez
Precisamente, el principal partido de la oposición avanzó que va a formalizar una denuncia ante el instructor del 'caso Gürtel' en la Audiencia Nacional para que investigue.
La querella ante el juez Pablo Ruz aporta las informaciones de prensa publicadas en los últimos días, según las cuales Bárcenas habría pagado sobresueldos a los dirigentes del partido, así como las declaraciones que varios miembros de esta formación han realizado sobre el asunto.
En el escrito, que presentarán a través de los socialistas valencianos, que están personados en el 'caso Gürtel', pedirán también al juez que tome declaración a Bárcenas para que aclare si la cuenta que tenía en Suiza es suya y si hay más titulares de esa cuenta.
Así, las repentinas prisas de Rajoy han chocado contra la negativa del PSOE, que ha encontrado un flanco débil para dañar a su adversario político. No "van a salir de rositas", sentenció el secretario de Organización del PSOE, Óscar López.