El presidente del Partido Popular del País Vasco, Antonio Basagoiti, ha admitido hoy que "desde anoche y antes de anoche" ha pensado en abandonar sus responsabilidades. Génova asegura que no habrá cambios en el PP vasco, al tiempo que afirma que Rajoy no permitirá que Basagoiti abandone sus responsabilidades actuales al frente del PP vasco.
En una entrevista a la Cadena Cope, Basagoiti dijo haberse llevado un "disgusto" por los 21 escaños conseguidos por Bildu y los 10 del Partido Popular, que supone una caída de tres parlamentarios y más de 16.000 votos respecto a la cita con las urnas de 2009.
"Yo desde anoche y antes de anoche doy vueltas a esa idea, sin ninguna duda y que ustedes lo digan me parece respetable", respondió al ser preguntado con insistencia sobre la posibilidad de dejar el cargo al frente del PP vasco.
Basagoiti explicó que siente "disgusto y desazón" por el resultado de las elecciones autonómicas y recalcó que su cargo "está siempre a disposición de los militantes del partido". "Yo no tengo ningún interés en seguir jugándome todo para que no haya resultados y encima no sean valorados en ninguna parte". Tras el resultado deparado por las urnas, remachó, "interés o ganás quedan bastante pocas".
"La verdad es que no estoy aquí por agarrarme a ningún cargo, porque ser presidente del PP vasco a uno no le soluciona la vida. Lo que lleva es estar acosado por el nacionalismo y apuntado por los malos y, si encima la gente de bien también me señala en otro sentido, agradable no es".
Basagoiti se ha mostrado dispuesto a "asumir la responsabilidad" oportuna consciente de que "ha salido la cosa mal" y que no se debe echar "la culpa a terceros". Sin embargo, criticó que "se ponga todo en cuestión y se dude de la valentía de mucha gente" que se ha estado jugando la vida en Euskadi durante décadas.
"Yo estaré aquí mientras tenga fuerzas y mis compañeros lo quieran", añadió. "Pero que nadie piense que me están dando el gran premio mundial por estar en este lugar".
Ni Génova ni Rajoy quieren dimisiones
El presidente del Gobierno y del Partido Popular, Mariano Rajoy, no permitirá que Antonio Basagoiti abandone sus responsabilidades actuales al frente del PP vasco y ya le ha expresado su pleno apoyo para que siga liderando el proyecto de esta formación en Euskadi.
Fuentes de la dirección nacional aseguran que la continuidad de Antonio Basagoiti como presidente del Partido Popular del País Vasco "no está en duda", pues tiene la total confianza tanto de Mariano Rajoy como de la secretaria general, María Dolores de Cospedal.
Basagoiti se pronunciará hoy ante el Comité Ejecutivo que se reunirá hoy en Génova a partir de las 17horas.
La barrera psicológica del 10
En términos generales, el partido considera que el resultado del País Vasco es bueno y entra dentro de lo previsto. Para los populares era clave conseguir al menos diez escaños para superar la cifra psicológica de la decena y ese objetivo se ha cumplido.
Los detractores de Basagoiti y de la nueva línea política que marcó en el PP vasco tras la dimisión de María San Gil en 2008 apenas cuentan con apoyos suficientes para forzar un cambio de rumbo. Hace tiempo que su opinión dejó de tener predicamento en los órganos del partido, tanto en Madrid como en el País Vasco. Además, el presidente del partido en Euskadi cuenta con el respaldo expreso de los tres presidentes provinciales y de otros líderes destacados del PP como Esperanza Aguirre, Alberto Ruiz-Gallardón y Alberto Núñez Feijóo, además de Rajoy y Cospedal.
El apoyo de Esperanza Aguirre, que estaba muy ligada a María San Gil hasta el punto de que quiso ficharla para su gobierno en la Comunidad de Madrid, resulta especialmente significativo porque puede frenar al ala más dura del partido. Fuentes próximas a la lideresa del PP de Madrid aseguraron que Aguirre tiene un especial cariño hacia Basagoiti y apuesta firmemente por su continuidad al frente de los populares vascos. Los principales opositores a Basagoiti y a la estrategia que ha seguido en los últimos años están en las bases del partido pero por ahora carecen de fuerza suficiente para forzar un cambio.
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