
La líder de UPyD, Rosa Díez, está convencida de que fue la moción que su partido presentó hace cuatro meses para ilegalizar Bildu y Amaiur, pese a que fue desactivada por el PP y el PSOE, lo que obligó al partido de gobierno a "ponerse las pilas" y a cambiar su estrategia sobre las marcas abertzales.
"Nosotros le obligamos a comportarse", dice Rosa Díez sin pestañear en una entrevista con Efe, y se atribuye, en parte, el "mérito" de que el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, tenga ahora un discurso más inflexible con el entorno de la antigua Batasuna.
Aunque el golpe de mano de los dos grandes grupos "derrotó la votación" hace cuatro meses -señala- no consiguió, sin embargo, liquidar la iniciativa.
Ahora, ha vuelto a poner sobre la mesa una proposición no de ley para reformar la ley de partidos con el fin de evitar que se cuelen en el sistema aquellas opciones políticas "en connivencia" con la violencia y el terrorismo.
Una iniciativa -explica- que quiere evitar que un tribunal "politizado" desnaturalice la ley, en alusión al reciente fallo del Constitucional en favor de Sortu y para la que, de momento, dice que ha encontrado "receptividad" por parte del PP y de los ministros de Justicia e Interior.
En cambio, la portavoz de UPyD en la Cámara tiene sintonía cero con algunas de las medidas del Ejecutivo en materia antiterrorista y disiente especialmente y "frontalmente" con la denominada vía Nanclares para la reinserción de presos etarras.
Lo ve como una "perversión" de la realidad puesto que el delito de terrorismo -señala- es un delito público contra el conjunto de la sociedad porque es a la sociedad a la que ETA "quiere doblegar" y, por tanto, a la que tiene que pedir perdón.
No entiende el perdón sólo a las víctimas, de forma individual, y mucho menos entiende que el ministro del Interior se haya convertido en "un enamorado" de la Vía Nanclares, que abrió el anterior Ejecutivo socialista.
Desde esta visión, cuestiona los encuentros que se están produciendo entre víctimas y verdugos ya que cree que pretenden dar a entender que al pedir perdón, los terroristas "se han vuelto buenos" y las víctimas tienen también que "volverse buenas".
Otra cosa que le escandaliza es que no se exija a los presos de la banda armada para su reinserción que colaboren con la justicia en el esclarecimiento de los 396 crímenes aún por resolver y que exista más preocupación por investigar los crímenes del franquismo que por averiguar qué ha pasado con esos asesinatos.
Insiste en que el primer paso que tiene que dar ETA es "renegar" de su currículum de terror y no "falsificarlo" como, a su juicio, tratan de hacer los que considera sus valedores.
En el Congreso, afirma, lo tienen que hacer los diputados de Amaiur, con los que evita casi hasta cruzarse y a quienes acusa de vender "historias de ciencia ficción", como inventar una ETA que "lucha para salvar al pueblo vasco".
Contra la dictadura, recalca Rosa Díez, "asesinaron a 43 personas y contra la democracia a 815".