
"¡No, no nos representan!". El grito que encarna los ideales del movimiento 15M se ha vuelto a escuchar. Esta vez, los indignados no protestan contra los mercados y la política, contra los bancos y el capital. Los indignados alzan su voz contra otros indignados: Democracia Real Ya! se ha visto este fin de semana sacudida por luchas internas en torno a la asociación creada en su nombre.
La noticia saltaba el domingo vía la agencia EFE: los impulsores del movimiento se habían constituido como asociación sin ánimo de lucro para contar con una forma jurídica con la que buscarán "ejercer una presión coordinada" sobre las instituciones" y "recuperar el espíritu original del 15M".
El colectivo, llamado Democracia Real Ya, invocaba al grupo que impulsó la primera manifestación, celebrada el 15 de mayo de 2011. Así, la reunión de Leganés, definió la asociación como "apartidista, asindicalista, no violenta y sin ánimo de lucro".
La información, sin embargo, omitía que esta decisión no había recibido el respaldo unánime de todos los indignados. "Un grupo minoritario de activistas de Democracia Real Ya ha decidido de forma unilateral constituirse como asociación tras una asamblea celebrada en Madrid que no contaba con la aprobación de los miembros de la plataforma y cuyas conclusiones, por lo tanto, no son ni vinculantes ni legítimas", afirmaba en Twitter la autodenominada mayoría. De este modo, tanto los indignados de Madrid como los de Barcelona, principales núcleos del movimiento, volvían la cara a esta recién constituida asociación.
Fabio Gándara, Pablo Gallego y Carlos Paredes apadrinan la asociación, pero según sus críticos aseguran que lo "hicieron como hechos consumados y sin asamblea". Éstos y otros argumentos, como que la decisión hubiera sido tomada sin los mecanismos adecuados, son las razones esgrimidas por sus críticos.
"Esta decisión no representa más que a una reducida minoría y Democracia real Ya! no la asume como colectivo", aseguran los críticos, que recuerdan que en otra asamblea celebrada en verano en Málaga "se consensuó que DRY no adoptaría ninguna forma jurídica ya que contradecía nuestros principios".
Gándara y los suyos, por su parte, insisten en que la asociación es totalmente legítima: "Recordamos que la decisión se ha tomado en una asamblea legítima. Enhorabuena a la democracia. Seguimos adelante", afirma. Mientras tanto, la guerra entre ambas 'democracias reales' se libra ahora en las redes sociales.
Así, los asociacionistas controlan la página de Facebook, mientras que los críticos manejan la web y la cuenta de Twitter, donde unos y otros se enzarzan. El hashtag #EsoNoEsDRY bulle este lunes y unos y otros indignados tratan de hacer valer sus razones y de apropiarse el movimiento.