La policía española ha sido clave en el desmantelamiento de la actividad de ETA y para ello, según se ha asegurado, varias veces se ha infiltrado en las entrañas de la banda. La última vez podría haber sido entre el 2007 y el 2011 para detener a uno de los últimos jefes de ETA, que ahora está en prisión.
Este confidente, un colaborador de ETA, estuvo seis meses a sueldo en los servicios antiterroristas, según explica 20 Minutos. El objetivo era que el topo fuera escalando puestos dentro de ETA aunque por imprevistos se labor concluyó con la detención en Francia del dirigente etarra.
Éste tiene delitos de sangre y su detención supuso uno de los golpes más duro a la banda terrorista en los últimos años.
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