Las autoridades armenias decretaron el sábado "el estado de excepción" en la capital, Ereván, tras una jornada de enfrentamientos entre manifestantes descontentos por el resultado de las últimas elecciones presidenciales y la policía que se saldaron con decenas de heridos.
"Ocho policías resultaron heridos por disparos. Algunos de gravedad", dijo un portavoz de la policía en el primer balance de los disturbios de la noche.
Poco antes, el presidente Robert Kocharian decretó "el estado de excepción en la ciudad de Ereván entre el 1 y el 20 de marzo", según los términos de un comunicado.
Los actos de pillaje se habían extendido por el centro de Ereván y decenas de automóviles fueron incendiados. La policía lanzaba gases lacrimógenos y los manifestantes piedras y cócteles Molotov.
Estos incidentes culminaban una jornada especialmente conflictiva que ya había dejado otros 31 heridos anteriormente, entre ellos seis policías, cuando las fuerzas del orden trataban de dispersar a los opositores al presidente electo Serge Sarkissian.
El líder opositor Levon Ter Petrosian anunció personalmente que era objeto de un arresto domiciliario.
"La policía me llevó a casa. Ahora estoy confinado en mi residencia", dijo a los periodistas en su apartamento de la capital.
Los dirigentes opositores pidieron calma a los 8.000 manifestantes.
"Les pido de parte de Levon Ter Petrossian ser pacíficos, estar en calma y no provocar enfrentamientos", dijo ante la muchedumbre Stepan Demirtchian, jefe del Partido Popular de Armenia.
Ter Petrossian, que fue presidente de Armenia desde 1991 hasta 1998, fue segundo en las elecciones del 19 de febrero con 21,5% de los votos, y tras rechazar acuerdos pidió la celebración de nuevos comicios.
Los observadores de la OSCE habían considerado que las elecciones fueron "en términos generales conformes" a los compromisos internacionales, causando conmoción en la oposición.
Las protestas de Armenia recuerdan a otras que desencadenaron la caída de gobiernos de ex repúblicas soviéticas, como los de Georgia, Ucrania y Kirguistán, tras elecciones igualmente conflictivas.
En un comunicado difundido este sábado, el presidente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el canciller finlandés Ilkka Kanerva, condenó el uso de la fuerza contra los manifestantes de Ereván.
"Insto a las autoridades a la máxima contención", dijo.
"Me preocupan las noticias sobre heridos. Pido a las autoridades que liberen a los detenidos y, de nuevo, pido a la oposición y al gobierno que se comprometan a dialogar", agregó.
La oposición acusa a Sarkisian, que cuenta con el apoyo del presidente saliente Kocharian, de haber usado dinero público para promover su candidatura mientras se hostigaba físicamente a los partidarios de Ter Petrosian por todo el país.
Kocharian ha descrito las protestas como una tentativa ilegal de hacerse con el poder y prometió una respuesta "firme" del gobierno.
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