El Congreso de Bolivia, dominado por el oficialismo, aprobó el jueves para el 4 de mayo en ausencia de la oposición la convocatoria a dos controvertidos referendos que darían paso a una nueva Constitución impulsada por el presidente Evo Morales y resistida por seis de los nueve departamentos del país.
Los referendos, que serán convocados oficialmente por ley la mañana del viernes por Morales, permitirán definir la extensión máxima de los fundos privados agrícolas y viabilizar el texto global de la nueva Carta Magna.
La sesión del Congreso tuvo lugar en medio de fuertes presiones de parte de centenares de campesinos y mineros que hicieron detonar dinamita, apostados hace tres días en las afueras de la sede parlamentaria y agresiones a legisladores opositores.
Desde el martes llegaron grupos de campesinos para poner un cerco al Congreso y este jueves se sumaron otros sectores sociales como un gran contingente de mineros privados que entre detonaciones de dinamita y agresiones a una diputada invadieron la sala de deliberaciones donde permanecieron hasta la aprobación de las nuevas normas.
La sesión fue dirigida por el vicepresidente boliviano y presidente del Congreso, Alvaro García, quien de manera rápida ordenó dar lectura a los proyectos de ley que fueron aprobados a mano alzada por los congresistas, en su mayoría del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS).
"Contestamos a la lista pero posteriormente cuando percibimos que todo estaba preparado para aprobar las leyes abandonamos el hemiciclo (sala de reuniones)", dijo a la AFP el senador del principal partido de la oposición Poder Democrático y Social (Podemos) Carlos Borth.
"Este es un momento de actuar con la cabeza fría porque la unidad del país está en peligro", reflexionó Borth preocupado por las reacciones que se producirán en los departamentos rebeldes.
Desde Santa Cruz, bastión de la oposición a Morales, el Prefecto (Gobernador), Rubén Costas, acusó al presidente indígena de liderar un "gobierno dictatorial, totalitario, que todos los bolivianos lo rechazamos. Estamos de pie, más fuertes y firmes que nunca", matizó.
El golpe de efecto oficialista se dio en momentos en que comisiones del gobierno y la oposición discutían fórmulas para conciliar el proyecto de la nueva Constitución de corte estatista y la decisión de formar gobiernos autónomos apuntalados por prefectos (gobernadores) y líderes civiles de seis regiones, encabezadas por Santa Cruz, motor del desarrollo económico boliviano.
Santa Cruz había convocado previamente un referendo departamental sobre autonomías para el 4 de mayo, medida seguida por Beni para el 1 de junio, citaciones calificadas de ilegal y separatistas por Morales.
Tarija, Chuquisaca, Pando y Cochabamba están en la misma línea.
Los legisladores oficialistas, además de citar los dos referendos nacionales para la misma fecha, dictaminaron que el Congreso es la única instancia que puede llamar a consultas departamentales.
"Lo que ha sucedido hoy es inaudito. Es una Constitución del MAS que no se aplicará. Al MAS solo le importa concentra el poder y muestra que nunca tuvieron la voluntad sincera de buscar una solución por la vía del diálogo", sentenció el presidente del Senado, Oscar Ortiz.
El senador opositor alertó que todavía se encontraba en el Congreso por seguridad y anticipó que seis de los nueve departamentos de Bolivia rechazarán la nueva Carta Magna, mientras afuera los movimientos sociales celebraban en una fiesta popular.
Los canales de televisión mostraron que en Sucre grupos civiles comenzaron un plantón en la puerta de la Casa de la Libertad, donde se fundó el país en 1825 en rechazo a las nuevas leyes.
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