El precio del barril de oro negro superó el miércoles los 102 dólares en Nueva York, debido a la preocupación que genera la oferta, la continua depreciación del dólar, la política de defensa de los precios llevada a cabo por la OPEP y la especulación reinante en el mercado.
En Nueva York, el barril de "light sweet crude" para entrega en abril llegó el martes al precio nunca visto de 102,08 dólares, mientras que en Londres, el barril de Brent del mar del Norte alcanzó los 100,53 dólares, que es también un récord histórico.
Hacia mediodía, el barril costaba unos 101,34 dólares en Nueva York y unos 99,92 dólares en Londres.
Después de bajar con fuerza en enero, los precios del oro negro ganaron el terreno perdido y subieron por las nubes en febrero, cuando superaron los 100 dólares por barril, una barrera franqueada por primera vez el 2 de enero.
Esta semana, el precio del barril tuvo el empujón que necesitaba para registrar nuevos récords gracias a la depreciación del dólar frente al euro. La moneda única europea llegó a valer el martes más de 1,50 dólares y el miércoles se situó en 1,5088 dólares.
"Los movimientos en el mercado de divisas son como un aguijón (para el mercado petrolero), porque hacen que las materias primas con precio en dólar sean más atractivas para los inversores que pagan con otras monedas", explicaron los analistas de la consultora independiente John Hall.
"La debilidad del dólar acentuó la subida de los precios pero son los factores considerados fundamentales los que sostienen los precios" en principio, declaró Costanza Jacazio, analista del banco Barclays Capital.
Efectivamente, el movimiento al alza iniciado a principios de febrero se basó en una serie de preocupaciones que hacían dudar sobre el mantenimiento de la oferta de crudo en el mercado internacional.
Se trata por ejemplo de la violencia en Nigeria, primer productor de crudo en Africa o del conflicto judicial entre el gigante estadounidense ExxonMobil y Venezuela, cuyo presidente, Hugo Chávez, amenaza con no entregar más petróleo a Estados Unidos.
La semana pasada, las tensiones geopolíticas fueron en aumento con la incursión de las tropas turcas en el norte de Irak, donde luchan contra los rebeldes independentistas kurdos.
Además, la tensión entre Irán y la comunidad internacional, que podría aumentar sus sanciones contra Teherán si persiste en su polémico enriquecimiento de uranio, terminó inyectando más nerviosismo del mercado.
Finalmente, la actitud de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), que suministra el 40% del petróleo mundial, también jugó a favor del aumento de los precios.
Desde hace una semana, el mercado teme que el cártel reduzca su oferta en su reunión del 5 de marzo en Viena con el fin de defender los precios del barril y poner remedio a una anunciada reducción de la demanda en el segundo semestre del año.
"Con los precios a estos niveles, parece cada día más probable que la OPEP matenga sus actuales niveles de producción", estiman sin embargo los analistas de John Hall.
Por otra parte, se puede decir también que el aumento de los precios del barril se vio favorecido por una ola de especulación, ya que las amenazas que se ciernen sobre la oferta de petróleo representan una situación idílica para los fondos de inversión que aumentan sus posiciones en los mercados de materias primas.
En este contexto y por las mismas razones, la onza de oro batió un nuevo récord y alcanzó los 964,99 dólares el miércoles.
"La combinación de una presión sobre el dólar y de cifras sobre las reservas petroleras estadounidenses peores que lo esperado podría aumentar el riesgo de que los precios lleguen a 105 dólares", agregó Costanza Jacazio, de Barclays Capital.
El miércoles, el departamento de Energía estadounidense anunciará un aumento de las reservas de crudo por séptima semana consecutiva. Un incremento de estas reservas hará bajar el precio de las materias primas, pero en este contexto, si el alza es menor que la esperada, el valor del barril podría subir de nuevo irremediablemente.
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