El primer ministro de República Checa, Mirek Topolanek, afirmó el martes que el radar del escudo antimisiles estadounidense en su país es crucial para su seguridad y acusó a Rusia de generar confusión para perpetuar su influencia al oponerse al plan de Washington.
"Es probable que (Rusia) no quiera entregar su área de influencia en Europa central, lo que estimo es la razón principal de su protesta contra la ubicación del sistema de defensa antimisiles en nuestro país", dijo mediante un intérprete luego de un discurso en la conservadora Heritage Foundation.
Topolanek dijo el lunes en el marco de su visita oficial a Washington que las negociaciones para la ubicación del radar estaban casi completas y que las diferencias de último minuto se solucionarían durante las conversaciones del miércoles con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y que el acuerdo sería firmado poco tiempo después.
"Esto no debe volver a pasar, que nosotros (...) nos convirtamos en un títere en manos de una potencia militar extranjera", dijo durante su alocución en inglés el martes, refiriéndose a Rusia y a la ex Unión Soviética.
"No queremos pertenecer a un grupo de países que debe pedirle permiso a Rusia para asegurar su propia defensa", destacó.
El radar previsto en República Checa forma parte de un más amplio escudo de defensa antimisiles que Estados Unidos afirma es para protegerse a sí mismo y a sus aliados de estados poco confiables como Irán. A su vez planifica colocar 10 misiles de intercepción en Polonia, vecina de República Checa.
Los planes han enfurecido a Rusia, que considera esta instalación una amenaza a su seguridad y rememora los tiempos de la Guerra Fría. El anuncio también ha levantando alguna oposición doméstica en la propia República Checa.
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