Política

Guatemaltecos rinden homenaje a 200.000 muertos de la guerra civil

Cientos de guatemaltecos, principalmente indígenas, marcharon este lunes por las calles de la capital para rendir homenaje a los cerca de 200.000 muertos y desaparecidos que dejó la guerra interna de 36 años que vivió este país centroamericano (1960-1996).

Provenientes de distintos puntos del país, los indígenas recorrieron el centro histórico para apostarse frente al Palacio Nacional de la Cultura, antigua sede de gobierno, donde entregaron un pliego de peticiones al presidente Álvaro Colom.

La marcha fue para conmemorar el noveno aniversario de la presentación de un informe, auspiciado por la ONU, en el cual se revelan las atrocidades de la guerra, responsabilidad en un 93% de los cuerpos represivos del Estado.

"Es algo muy duro lo que pasó entre nosotros. Yo estoy pasando muchas penas para seguir viviendo", relató a la AFP una indígena, Marcelina Tucú, quien perdió a su esposo (Evaristo) y un hijo (Agustín), cuando elementos del Ejército los secuestraron en 1982.

Los restos de su esposo fueron localizados hace dos años en las instalaciones de un antiguo destacamento militar, donde ahora funciona un centro educativo, gracias a los trabajos de exhumación que emprendieron las viudas de Rabinal, localidad a unos 280 km al norte de la capital.

"Los soldados llegaron a la casa y se los llevaron para el destacamento. Los mataron y yo me quedé con tres hijos", el mayor de ocho años en ese entonces y el menor de tres meses, agregó Tucú, quien salió a las dos de la madrugada de Rabinal para una caminata de 1,5 km.

Los manifestantes demandaron al gobernante reestructurar el Programa Nacional de Resarcimiento para agilizar la indemnización a familiares de las 200.000 muertos o desaparecidos que dejó la guerra, según el informe de 1999.

Además, exigieron al Congreso aprobar de inmediato un presupuesto de unos 40 millones de dólares para el funcionamiento del programa para este año, así como abolir el Día del Ejército, que se celebra cada 30 de junio y es asueto nacional.

"La paz no se construye con la ausencia de justicia ni con altos grados de impunidad que permite que los criminales del pasado sigan libres", comentó la dirigente de la organización Hijos de Víctimas de la Guerra, Wendy Méndez.

El presidente Colom se solidarizó ante los dirigentes del movimiento, que participaron en el tradicional cambio de la rosa en el monumento de la paz, instalado en el interior del Palacio Nacional, precisamente donde se firmó la paz en 1996.

"Esperemos que nunca jamás nos volvamos a enfrentar en una lucha que nunca fue nuestra, pero los muertos sí los pusieron las comunidades indígenas. El perdón se puede dar, pero el olvido no, el perdón se puede dar siempre y cuando exista justicia, resarcimiento y voluntad del nunca jamás", afirmó.

"El resarcimiento no es cuestión de un cheque, tiene que ser integral en las comunidades que fueron masacradas, a los sobrevivientes de esas masacres, en las familias, huérfanos, viudas y viudos", agregó.

"Hasta que no comprendamos nuestro pasado nos va costar escribir nuestro futuro, me han dicho que para qué escarbar el pasado y generalmente me lo dicen los que jamás tuvieron una tragedia en su familia. Yo tuve cuatro, pero no sé como se puede superar una injusticia", puntualizó.

ec/on/du

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