El jefe del gobierno socialista español, José Luis Rodríguez Zapatero, aspirante a la reelección en los comicios generales del 9 de marzo, y el líder del conservador Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, se miden el lunes en el primer debate televisado entre candidatos desde 1993.
Los dos cara a cara, el 25 de febrero y el 3 de marzo, tendrán lugar tras semanas de negociaciones entre los dos principales partidos españoles sobre el contenido, la forma y el lugar de los debates.
Los populares cuentan con los debates para revertir las encuestas, que hasta ahora siempre han dado ventaja a los socialistas. Esa ventaja incluso se incrementó desde el inicio de la campaña, el pasado viernes, llegando a 4 puntos (era de 1,5 a 3 puntos en las encuestas precedentes), de acuerdo con tres sondeos publicados el domingo.
"Yo los haré (los debates) aunque sea hasta debajo de un puente", había afirmado Rajoy, en plena pugna por la organización de los encuentros, mientras el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) acusaba a los conservadores de negarse al debate.
El PP, que descartó desde el inicio que la televisión pública organizara los cara a cara por ser "una televisión progubernamental que no ofrece garantías de imparcialidad", quería que las confrontaciones tuvieran lugar en dos televisiones privadas, a lo que se oponía el PSOE.
Finalmente, los conservadores aceptaron que sea la Academia de Televisión la que organice los debates con una señal única para todas las televisiones que deseen transmitirlo.
Este toma y daca había hecho temer por estos debates entre candidatos, que no se celebran en España desde el de 1993 entre el entonces jefe del gobierno español, Felipe González (que venció la contienda), y el aspirante conservador, José María Aznar.
En las siguientes elecciones, en 1996, en las que venció Aznar, ya no se produjeron debates a pesar de la petición del líder socialista, y tampoco los hubo en las de 2000 y 2004, bajo gobierno conservador.
"Ha tenido que volver a presidir el Gobierno un socialista para que los españoles recuperen el derecho a asistir a la confrontación sana y democrática de ideas y de programas entre los dos candidatos", afirmó el PSOE.
Tras unas negociaciones en las que se decidió desde la forma de la mesa y el color del plató hasta los planos de cámara, PP y PSOE también se han puesto de acuerdo sobre los contenidos, en los que podrán tocar prácticamente todos los temas.
Entre estos destaca la economía, que parece haberse convertido en el tema estrella, lo que permitió la celebración el jueves de un primer debate entre el ministro de Economía, Pedro Solbes, y su posible sustituto en caso de victoria del PP, Manuel Pizarro.
Ese debate fue seguido por 4,7 millones de personas y según medios informativos, Solbes salió mejor parado, gracias a lo cual los socialistas incrementaron su ventaja en las intenciones de voto.
El formato del debate del lunes impedirá que los candidatos se apoyen en un tema más que en otro, ya que hablarán ceñidos a cinco bloques temáticos de unos 15 minutos cada uno: economía y empleo, políticas sociales, política exterior y de seguridad, política institucional y retos de futuro.
Dentro de política exterior y seguridad, podrán discutir sobre política antiterrorista y lucha contra ETA, un tema que se había mantenido casi siempre al margen de las pugnas electorales.
El frustrado intento de negociación con la organización separatista armada vasca ha sido una de las principales armas esgrimidas por el PP, firmemente opuesto al mismo.
Los "populares" acusan a Zapatero de tener la intención de volver a hablar con ETA a la primera ocasión si gana los comicios, aunque el jefe del gobierno afirmó el jueves que "bajo ninguna condición" lo haría.
En junio de 2007, ETA decidió volver a las armas, poniendo fin al alto el fuego que había decretado en marzo de 2006.
Zapatero se encargará de cerrar el debate del lunes y Rajoy tendrá el último turno en el del del 3 de marzo.
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