Garzón se siente "triste y abrumado". Así lo ha afirmado Gonzalo Martinez-Fresneda, abogado del magistrado en los juicios por los que se investiga una posible prevaricación por parte del juez. Además ha afirmado que "no volverá jamás a juzgar en España".
Para los defensores y para Garzón el mal está hecho. Sean cuales sean los resultados de los tres juicios en los que está imputado el magistrado él ya ha tomado su decisión: "No volverá jamás a juzgar en España".
Martinez-Fresneda es quien defiende a Garzón en el proceso más sonado contra él. Tendrá que justificar la intención del magistrado de investigar los crímenes del franquismo. La acusación contra la que se enfrenta comienza afirmando que el juez ha incumplido con la Ley de Amnistía de 1977, dos años después de la muerte de Franco. Por esto, se enfrenta a 20 años de inhabilitación.
"Los jueces no están para salir en televisión"
Según el abogado de Garzón, éste se muestra "triste y abrumado". Tanto es así que después de que se le suspendiese en su cargo en mayo del 2010 tomó la decisión de no volver a ejercer en España.
"¿Cómo no puede ser de otra manera, si cada vez que toca una causa sensible corre el riesgo de afrontar una nueva queja contra él?, se pregunta el abogado en una entrevista de Mathieu de Taillac para el diario francés Le Figaro. "Un juez no puede pasar sus días en el banquillo de los acusados explicando las decisiones que toma, perdería el mínimo de legitimidad que se necesita para su actividad. Es una situación contranatural, surrealista", afirma el letrado.
Sin embargo hay opiniones contrarias: "los jueces no están para salir en televisión" dice el Miguel Bernard, secretario general de Manos Limpias, una de las asociaciones que han logrado que Garzón sea juzgado. "Si quieren venganzas que se dediquen a otra cosa", apostilla.
Exilio voluntario
Por otra parte, el abogado de Garzón afirma que su cliente es un "investigador magnífico". Reconoce que sus métodos son particulares, éstos "responden una gran intuición y una gran valentía", afirma. "Puede que no haya perfección técnica, que sus decisiones sean discutibles, que no tenga el apoyo de todos sus colegas... pero es lo que le posibilita hacer su papel"
Después de haber sido suspendido, Garzón se quedó como consejero del Tribunal Penal Internacional de la Haya. "Ha elegido el exilio" concluye su abogado.
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