
El abogado y exfiscal de la Audiencia Nacional Ignacio Peláez, artífice de la querella contra el juez Baltasar Garzón, negó este miércoles tajantemente en el Tribunal Supremo que el objetivo de las reuniones que mantuvo en la cárcel con los supuestos cabecillas del 'caso Gürtel', Francisco Correa y Pablo Crespo, fuese blanquear dinero de la trama de corrupción.
"No nos reunimos para blanquear dinero ni para obstruir la acción judicial, ese no era el caso, sino para preparar la estrategia de la defensa", ha asegurado en su declaración como testigo en el juicio que el Tribunal Supremo está celebrando contra Garzón por haber ordenado intervenir las conversaciones que mantuvieron en la cárcel los presuntos cabecillas del 'caso Gürtel' con sus abogados.
Además de como testigo, Peláez actúa en el juicio como acusación, solicitando 10 años de inhabilitación para el juez. Peláez arrancó su declaración señalando que fue compañero de Garzón en la Audiencia Nacional. "Le sigo respetando como profesional", señaló.
El exfiscal admitió que, entre los meses de febrero y marzo de 2009, se reunió unas "siete u ocho veces" en la cárcel de Soto del Real (Madrid) con Francisco Correa y Pablo Crespo, a pesar de no ser su abogado. Explicó que se reunió con ellos para preparar la defensa de su cliente, el empresario José Luis Ulibarri, también imputado en la trama de corrupción del 'caso Gürtel'.
El abogado de Garzón, Francisco Baena Bocanegra, le preguntó en repetidas ocasiones si había sido autorizado para visitar en la cárcel a internos que no eran su cliente. Hizo referencia en este sentido al artículo 38 del Reglamento Penitenciaria, que señala que el abogado que visita a un preso que no es cliente suyo debe pedir permiso al juez de instrucción. Peláez se defendió asegurando que había sido "expresamente llamado" por Correa y Crespo, por lo que no considera que "necesitase la autorización del juez".
Un juez sin apoyos
El juez Baltasar Garzón ha acudido este miércoles sin apenas apoyo en la calle a la segunda jornada del juicio que se sigue contra él en el Tribunal Supremo por cometer presuntamente un delito de prevaricación al autorizar las escuchas de los imputados de la trama 'Gürtel' con sus abogados en prisión.El magistrado, que ha llegado a pie a la sede del alto tribunal alrededor de las 10.15 horas, ha entrado por la puerta principal del Supremo, donde sólo se habían congregado algunos cámaras y periodistas que están cubriendo el desarrollo de la vista oral. Dos mujeres, eso sí, han lanzado tímidamente dos gritos de apoyo al juez diciéndole: "Ánimo, Garzón".
Durante la primera jornada de la sesión, que se celebró este martes, unas 50 personas de la plataforma Solidarios con Garzón se concentraron frente al Supremo para denunciar "la impunidad de la dictadura franquista". Los manifestantes, entre los que se encontraban el diputado de IU Gaspar Llamazares y la actriz Pilar Bardem, aplaudieron al juez y llamaron "nazis y fascistas" a los abogados que lo acusan.