
La Zarzuela le ordenó en la primavera de 2006 romper con Nóos, pero Iñaki Urdangarin ignoró la advertencia y siguió con sus turbios negocios. Según el sumario del 'caso Babel', el duque, efectivamente, dejó la presidencia del instituto ya bajo sospecha por entonces por sus millonarios negocios con los Gobiernos de Baleares y Valencia, pero, a partir del aviso del Rey, Urdangarin con su socio se dedicaron en cuerpo y alma a la evasión de capitales para intentar sacar de España la mayor cantidad de dinero antes de que el escándalo estallara
La Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía, tras varios meses de investigación, ha logrado reconstruir todo el entramado del marido de la infanta para lavar dinero, cuyo epicentro son unas oficinas en el bucólico condado de Surrey, en las afueras de Londres, y la fundación para ayudar a niños discapacitados. Otra cosa será poder recuperar ese capital, que sin duda superará varios cientos de miles de euros.
La figura clave de toda esa maquinaria para evadir dinero está imputado desde el pasado 29 de diciembre. Se trata del abogado catalán Salvador Trinxet Llorca, cuya declaración ante el juez del 'caso Palma Arena' aplazada para el próximo 11 de febrero, dos semanas antes que el interrogaorio del duque, se presenta clave para saber la suerte judicial del yerno de don Juan Carlos.
Según la información que consta en el sumario, Trinxet, además de dirigente de varias empresas, es dueño del consorcio hispano británico 'Braxton Group', que se define como "un despacho profesional que brinda servicios especializados a empresas internacionales y sus dueños, expatriados y deportistas a través de un enfoque integrado, incluido la tributación internacional, la protección de activos y la planificación patrimonial".
Paso a paso
De acuerdo con los investigadores, cuando Zarzuela ordenó a hace casi seis años a Urdangarin romper con Nóos, la primera reacción del duque y de su socio en el instituto, Diego Torres, fue buscar a un experto fiscalista internacional, porque el bufete Medina Tejeiro, del cuñado de Torres, no tenía conocimientos para evadir la fortuna que planeaban esconder. Fue así como conectaron con Trinxet, que también tiene sede en Barcelona, para saber cómo 'vaciar' la trama Nóos, que para entonces ya había facturado cerca de 15 millones de euros, sin que esa maniobra pudiera relacionarse con las empresas del duque y de Torres.
La primera piedra de la evasión fiscal se puso el 10 de marzo de 2006. Ese día en el registro mercantil de Gran Bretaña se inscribió 'De Goes Center for Stakeholder Management LTD", una empresa de asesoría que Trinxet dio de alta en unas oficinas ubicadas en la periferia suroeste de Londres, en un edificio conocido como "Albany House", en Station Path Staines, en el distrito de Spelthorne, en el condado de Surrey.
El abogado y profesor de derecho internacional no se rompió demasiado la cabeza para ocultar la empresa fantasma: es exactamente la sede social de, al menos, cinco de las empresas de su grupo (Braxton Outsourcing, Braxton Partners, Braxton Reit, Braxton Sports y Braxton Tax).