
El Tribunal Supremo ha abierto juicio oral contra el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, al que sentará en el banquillo por las escuchas realizadas en el caso Gürtel contra algunos de los procesados.
El juez Alberto Jorge Barreiro da así por finalizada la instrucción del caso y sentará en el banquillo al juez al considerar que se podría haber incurrido en delito en las esuchas del caso.
En el auto, Barreiro indica que la orden de Garzón para que fueran grabadas las conversaciones que mantuvieron en prisión los principales imputados con sus letrados constituye indiciariamente un delito continuado de prevaricación judicial y otro de uso de artificios de escucha y grabación con violación de las garantías constitucionales.
"El magistrado decidió acceder indebidamente a las conversaciones confidenciales" y "le resultó indiferente que el contenido de las conversaciones (...) no tuviera otro contenido que aspectos nucleares sobre las estrategias de defensa", señala.
La única vía
El juez Baltasar Garzón aseguró ante el Tribunal Supremo (TS) que ordenar la intervención de las comunicaciones que mantuvieron en prisión los responsables de la 'trama Gürtel' con sus abogados era la "única vía" para evitar que ocultaran pruebas o se perdieran los fondos que manejaban.
De esta forma, durante sus cuatro horas de declaración el juez de la Audiencia Nacional subrayo que con el auto por el que acordó intervenir las conversaciones no pretendió "limitar el derecho de defensa", sino averiguar el delito, "evitar la confirmación del mismo y la pérdida de los fondos".