
Se lamentaba, en el Parlamento, la secretaria de Estado de Cooperación, Soraya Rodríguez, del tijeretazo que el Gobierno ha dado al presupuesto del Plan de Cooperación para este año.
Un total de 1.031 millones menos que en 2010, pero que, pese a todo, dejan los recursos de Cooperación en la nada despreciable cifra de 4.233 millones de euros, siete veces más que la limosna de 630 millones que han dejado para apoyar la internacionalización de las empresas, cuando el impulso a la demanda exterior es la única válvula de salida para contrarrestar el hundimiento de la demanda interna, y cuando han sido también las exportaciones el motor fundamental en la rápida y sólida recuperación de la economía alemana.
Un volumen de recursos, los de Cooperación, sobre los que, en su mayor parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores pierde el control y que pasan a ser directamente gestionadas por los bancos multilaterales y que apenas generan influencia ni retornos, en forma de contratos, para España.
Instrumentos de cooperación
El propio Plan Anual de Cooperación Internacional para 2010 reconoce en el análisis de la ejecución por instrumentos que "la cooperación que se realiza vía Organismos Multilaterales de Desarrollo, alcanza los 2.799,76 millones de euros, el 53,.18 por ciento del total de la AOD (Ayuda Oficial al Desarrollo) neta, incluyendo en esta cifra los créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD), los fondos fiduciarios y la contribución al Fondo de Agua y Saneamiento (FAS).
Unos fondos que Exteriores cede a las Instituciones Financieras Internacionales (IFIs), "porque la Secretaría de Estado de Cooperación no tiene estructura para manejar tales cantidades", afirma un dirigente del PSOE respondiendo a las quejas de las organizaciones empresariales que denuncian como, en la práctica, el acceso a esos recursos "está vetado para las empresas españolas".
Al margen de las empresas
Esta actitud del Gobierno español contrasta con la que mantienen nuestros principales socios en la Unión Europea como Francia, Alemania o Reino Unido, y otras potencias mundiales como Estados Unidos, que preparan la licitación de los proyectos "a la carta de su oferta nacional".
También la patronal CEOE denuncia, en un informe sobre financiación internacional elaborado por su Departamento de Relaciones Internacionales, que "el espectacular incremento presupuestario" dedicado en los últimos años a la Ayuda Oficial al Desarrollo no se ha acompañado de "una profunda reforma de las estructuras administrativas que permitiera programar y canalizar de manera adecuada y eficaz la ayuda".
Añade la CEOE que "ante la incapacidad de gestionar los flujos financieros en continuo aumento para alcanzar el compromiso del 0,7 por ciento del PIB en 2012, se ha producido un incremento espectacular de los fondos destinados a los Organismos Multilaterales, sobre los que se pierde el control".
A pesar de que la propia Soraya Rodríguez reclamaba en el Congreso y el Senado la participación de las empresas en los programas de Cooperación, la realidad es que en esa Secretaría de Estado nadie se ocupa de atender a los empresarios que se interesan por los proyectos de la cooperación española.
Proyectos transparentes
Para empezar, comenta un empresario experto en la AOD, "no existe una página web actualizada y transparente de los proyectos financiados y financiables, ni tampoco hay un registro al que puedan acudir las empresas y la ONGs interesadas en el desarrollo".
Pero lo que raya en lo esperpéntico es que el responsable de las relaciones con las empresas en la Agencia Española de Cooperación (AECI), Santiago Porto, no pertenece a la nómina del Ministerio, ni tiene despacho ni tarjeta oficial, lo que hace prácticamente inoperante su gestión.
Una falta de atención hacia la empresa la que demuestran los responsables de la Secretaría de Estado de Cooperación que es mucho más grave en el caso de los sectores de sanidad y educación, que fueron excluidos del FIEM (Fondo para la Internacionalización de las Empresas), la parte del extinto FAD que se ha quedado la Secretaría de Estado de Comercio, y que se ven incapacitados para acogerse al Fonprode, (el fondo que se llevó Cooperación) por las insensibilidad de este ala de Exteriores .
A este último instrumento, el Fondo de Promoción al Desarrollo (Fonprode) los presupuestos generales del Estado han adjudicado una dotación de 1.103 millones de euros para 2011. Una cantidad que prácticamente cuadruplica los 316 millones que se destinan al Fondo para Internacionalización de la Empresa (FIEM), que gestiona la Secretaría de Estado de Comercio Exterior.