Madrid, 9 ago (EFE).- Desde que el socialista Joaquín Leguina, primer presidente de la Comunidad de Madrid, perdiera las elecciones autonómicas de 1995 han pasado casi cuatro legislaturas y la región se ha convertido en uno de los bastiones del PP, donde dieciséis años después el PSOE intentará en 2011 recuperar el terreno perdido.
Pese a la mayoría absoluta que obtuvo el PSOE en la Asamblea madrileña en las primeras elecciones autonómicas de la región -en las que consiguió 1.187.277 votos-, con los años el PP se ha consolidado como la fuerza política más votada en la región al ganar cuatro de los siete procesos electorales autonómicos.
Con Alberto Ruiz-Gallardón, entre 1995 y 2003, y Esperanza Aguirre hasta ahora, el PSOE ha probado con diferentes candidatos pero, en ningún caso, ha logrado arrebatar la presidencia autonómica a los populares, que han hecho de Madrid uno de sus principales graneros electorales.
Tras la pérdida de la presidencia madrileña y la mayoría absoluta conseguida por el PP en 1995, el PSOE optó por elegir, en el Congreso de 2002, a Rafael Simancas como secretario general de la entonces denominada Federación Socialista Madrileña (FSM).
Precisamente, fueron los primeros comicios a los que se presentó Simancas en 2003 cuando el PSOE más se acercó a recuperar el terreno perdido, con 47 diputados regionales frente a los 55 del PP. Entonces, el pacto con Izquierda Unida -con 9 diputados- significaba la esperanza del retorno de un gobierno de izquierdas a Madrid.
Sin embargo, el objetivo socialista se malogró con la deserción de dos diputados de sus propias filas: Eduardo Tamayo y Teresa Sáez, quienes alegaron disconformidad con los pactos entre PSOE e IU, en lo que se conocería como el "Tamayazo".
La ausencia de Tamayo y Sáez en la Asamblea constitutiva del que iba a ser el Gobierno de Simancas provocó una crisis institucional sin precedentes y obligó a repetir el proceso electoral que, entonces sí, le dio una mayoría indiscutible al PP en la Asamblea regional con 57 diputados frente a los 45 del PSOE y los 8 de IU.
Finalmente, en 2007 Simancas abandonó la batalla por Madrid y presentó al líder de los socialistas, José Luis Rodríguez Zapatero, su dimisión como secretario del PSM, derivada -dijo Simancas- de la necesidad de un partido "renovado y en plena forma", pero con la espina del gobierno socialista frustrado por el "Tamayazo".
Y entonces llegó Tomás Gómez, el alcalde de Parla y el más votado de España -con el 75,53 por ciento de los votos-, con el respaldo que el 91 por ciento de los socialistas madrileños le dieron en el Congreso extraordinario de 2007.
Como secretario general, Gómez eliminó las cuotas de poder repartidas entre las diferentes corrientes políticas que alberga y caracterizan al PSM.
El apoyo de entonces se cuestiona estos días con la disputa con la actual ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, que ha anunciado hoy su intención de presentarse como candidata del PSM en las próximas autonómicas.
La presión ejercida por la Ejecutiva federal del PSOE y el propio Rodríguez Zapatero para que Gómez abandone y, así, evitar unas primarias en el PSM, no han hecho sino enrocar al ex alcalde de Parla en su posición y en el objetivo de, por fin, recuperar lo perdido.
María José Benavente.
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