Política

El PSOE quiere a Trinidad Jiménez para luchar contra Esperanza Aguirre

El sector más duro del PSOE ya tiene un candidato para la Comunidad de Madrid. El problema es que no es Tomás Gómez, secretario general del Partido Socialista de Madrid, sino la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, una elección mucho más del gusto de la directiva socialista. El problema radica en que los sondeos dicen que Aguirre puede perder la mayoría absoluta en la Comunidad de Madrid, sin embargo esos mismo estudios sitúan a Gómez en un lugar poco propicio.

Desde hace meses, Tomás Gómez ha intentado, sin éxito, que el PSOE federal le permitiera abrir el proceso de selección candidatos autonómicos para convertirse en aspirante oficial; la reiterada negativa se basado en el argumento de que dicho proceso tendrá lugar en septiembre en toda España.

La realidad es que el PSOE federal, que sigue estando bajo el control de José Blanco y que dispone de encuestas internas, cree que no tiene sentido lanzar a Tomás Gómez a una derrota segura (una encuesta publicada por El País el domingo la confirmaba una vez más) cuando otras opciones resultarían triunfadoras. En concreto, la de Trinidad Jiménez, con arraigo en la comunidad madrileña y potenciada por su notable labora como ministra de Sanidad.

Según explica el diario ElPaís, el futuro electoral de Tomás Gómez es más que negro, aunque no está sentenciado aún. Su problema no es solo la mala relación con Blanco y la escasa valoración en las encuestas (es el líder madrileño con peor nota) casi tres años después de acceder a la secretaría general del Partido Socialista de Madrid (PSM). El verdadero problema lo tiene ya con Zapatero, según el entorno del presidente.

La Ejecutiva Federal socialista se ha fijado la Comunidad de Madrid como gran objetivo para 2011. En beneficio de Gómez puede decirse que nunca ha tenido la oportunidad de presentarse a estas elecciones; pero en el PSOE señalan que "hay otros posibles candidatos que saldrían mejor valorados". No obstante, reconocen que la situación es muy difícil porque Aguirre goza de una holgada mayoría (67 diputados, frente a los 42 socialistas). Ahora bien, los estudios de opinión cualitativos detectan cierto desgaste en su gestión y en su valoración.

Inicialmente, solo Zapatero; el presidente del PSOE, Manuel Chaves; y el vicesecretario general, José Blanco, estarían concernidos en esta operación electoral, que aún no se ha desarrollado. Fue Chaves, figura emblemática y con una relación cordial con Gómez, quien dio el paso de sondearlo el 15 de julio. Gómez no entró en el debate de ceder el paso a otro candidato con más posibilidades. Invocó su apoyo en el partido y, ya en público, señaló que si alguien quiere competir con él deberá activar el mecanismo de primarias.

Zapatero sí ha tratado en un círculo muy reducido la situación electoral de Madrid y las posibles candidaturas. De momento, sobresale el nombre de Trinidad Jiménez, actual ministra de Sanidad y candidata a la alcaldía de Madrid con escaso éxito en 2003 (obtuvo el 36,68% de los votos frente al 51,3% del PP). Pero no hay salida fácil. El líder socialista apostó personalmente por Gómez para sustituir a Rafael Simancas; este último incluso llamó a los suyos a respaldar al entonces alcalde de Parla, y así lo hicieron. Gómez goza de un respaldo mayoritario en el PSM, pero se le acusa de haber sido muy duro con quienes no le profesaron total lealtad.

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