
Se le conoce por el acrónimo de MAFO, una abreviatura que responde al nombre de Miguel Ángel Fernández Ordónez. Dicen que cuando llegó al Banco de España hizo desparecer de los documentos oficiales el Ángel de su nombre, de tal manera que, ahora figura sólo como Miguel Fernández Ordóñez. Algunos analistas son contudentes a este respecto, ¡Mafo tiene razón!
Este domingo, el diario Público hace un retrato del carácter de un hombre que ha puesto en jaque durante la semana al Gobierno de Zapatero.
Notable es la personalidad incorformista del gobernador del Banco de España. Un carácter, que muchos de los que lo han tratado no dudan en calificar de "difícil" y que en muchas ocasiones le lleva a disentir de los poderes establecidos.
De joven militó en la denominada Convergencia Socialista de Madrid -que más tarde se integraría en el PSOE-. Con los años, sin embargo, su sensibilidad progresista se ha ido tornando con ideas de corte liberal.
Ejerció de presidente del Tribunal de Defensa de la Competencia, lo que le ocasionó más de un problema con el Gobierno de Felipe González. También las tuvo con el Gobierno del PP, con el que convivió como presidente del consejo regulador eléctrico.
Los que han trabajado con él, o trabajan, temen sus accesos de soberbia.
Dicen que es extraordinariamente exigente con sus subordinados. Al mismo tiempo, está considerado una persona con criterio y sentido de la justicia, "al que se le ve venir".
Los que le conocen elogian también su brillantez, su pensamiento incisivo y su capacidad para hacerse con los temas que le competen.