
El gobernador de la provincia iraquí de Anbar, Ahmed Jalaf al Dulaimi, ha asegurado que el parlamentario Ahmed al Alwani, detenido el sábado durante una redada en la que murieron dos de sus hermanos y tres de sus guardaespaldas, será liberado en las próximas horas.
Al Dulaimi ha desmentido las informaciones publicadas sobre su liberación, si bien ha destacado que Al Alwani llegará a la localidad de Ramadi en las próximas horas, según ha informado la agencia iraquí de noticias NINA.
En base a las informaciones disponibles, Al Alwani, miembro de Iraqiya --un partido altamente crítico con la gestión del primer ministro, Nuri al Maliki--, iba a ser arrestado por delito de terrorismo junto a su hermano Alí, fallecido durante la operación.
Fuentes policiales han indicado que, a su llegada a la vivienda del parlamentario en la localidad de Ramadi para proceder al arresto fueron recibidos a tiros, lo que desencadenó un tiroteo.
Horas después del suceso, el propio Al Dulaimi aseguró que existían "contactos intensos" entre el Gobierno provincial y el Ejecutivo central para asegurar la liberación de Al Alwani. Así, manifestó que la liberación del parlamentario ayudaría a rebajar la tensión existente entre las autoridades provinciales y el Gobierno.
En los últimos meses se han producido numerosas manifestaciones antigubernamentales en Anbar, y Al Maliki ha llegado a afirmar que las acampadas de protesta son "sedes" de la organización terrorista Al Qaeda.
El jueves, Al Dulaimi sostuvo que las acampadas no representan una amenaza a la seguridad del país, al tiempo que indicó que el peligro se encuentra radicado en las áreas desérticas de la provincia, en las que, a su juicio, los grupos terroristas se están haciendo fuertes.
Un total de 18 militares fallecieron la semana pasada en una emboscada registrada en la provincia. Varias fuentes aseguraron que tres terroristas suicidas con chalecos de explosivos detonaron su carga cuando se encontraban entre los mandos policiales en una zona desértica cerca de la localidad de Rutba, a unos 360 kilómetros al oeste de Bagdad.
Hasta el momento, ningún grupo terrorista ha reivindicado la autoría de esta emboscada aunque los atentados suicidas suelen ser obra de los milicianos vinculados a Al Qaeda en Irak, que este año se ha unido a su filial siria para constituir el Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS).
La violencia en Irak ha alcanzado su nivel más alto en al menos cinco años y Bagdad ha sufrido ataques casi a diario. Según la ONU, este año han muerto más de 8.000 personas.
Al Maliki advirtió a finales de octubre de que su país se enfrentaba "a una guerra genocida" e hizo un llamamiento en favor de la celebración de una conferencia internacional para hacer frente al terrorismo en Irak.