Una mujer que sufrió el ataque directo de la policía turca se ha convertido en el emblema de las protestas contra el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan que se han prolongado durante los últimos cinco días. ¿Por qué? La razón se puede encontrar en la imagen de arriba, donde se puede ver a la chica con un vestido rojo y un bolso blanco siendo rociada con gas lacrimógeno. Detienen a 24 personas por "incitar a los disturbios" en Turquía
Gracias a las redes sociales, la fotografía ha dado a vuelta al mundo y, además, se ha utilizado para carteles y pegatinas de los manifestantes durante los días de violentos disturbios antigubernamentales en Estambul.
Bote de gases convertido en jarrón
Pero esta mujer no es el único símbolo de las manifestaciones. Este mismo miércoles una parlamentaria opositora ha entregado al ministro del Interior, Muamer Guler, un bote de gases lacrimógenos convertido en un jarrón con flores como gesto de protesta contra el excesivo uso de este producto por parte de las fuerzas de seguridad para reprimir las manifestaciones antigubernamentales en el país.
Posteriormente, la parlamentaria ha afirmado a través de su perfil oficial en Twitter que su "florero" tiene como objetivo animar a Guler a que detenga la violencia policial contra los manifestantes, según ha informado el diario turco 'Hurriyet'.
Este mismo martes, el viceprimer ministro turco, Bulent Arinc, ha tratado de rebajar los ánimos de las decenas de miles de manifestantes antigubernamentales pidiendo disculpas por la "violencia excesiva" empleada por la Policía en la represión de la manifestación pacífica que ha desencadenado cinco días de disturbios en todo el país.
La ferocidad de la represión de las protestas iniciales el viernes, que comenzaron por los planes del Gobierno de construir en el parque Gezi, en la plaza Taksim, ha sorprendido incluso a los partidarios del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, y ha sido condenada también por Estados Unidos.
El manifiesto de las protestas