Oriente Próximo

Siria continúa desangrándose y Putin bloquea la intervención internacional

El presidente ruso, Vladimir Putin.

La oposición siria ha denunciado este viernes la muerte de entre 180 y 215 personas en todo el país en los numerosos enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas de seguridad del régimen de Bashar al Assad. A pesar de esto, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha recordado su oposición a toda intervención internacional no aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU, cuyas resoluciones sobre Siria mantienen en bloqueo Rusia y China.

De acuerdo con los Comités de Coordinación Local (CCL), una organización activista radicada en Siria, 215 personas han perdido la vida en todo el país. Al menos 55 "mártires" han perecido en combates registrados en hasta una quincena de barrios periféricos de Damasco entre miembros del Ejército Libre Sirio (ELS), el brazo armado de la oposición, y el Ejército.

A pesar de las sangrientas cifras, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha señalado que se opone a toda acción en Siria que no sea autorizada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y ha advertido contra cualquier intento de sortear la voluntad expresada por los miembros de dicho órgano internacional.

El portavoz del mandatario ruso, Dimitri Peskov, ha apuntado que, "en opinión de Putin, cualquier intento de actuar sin la aprobación del Consejo de Seguridad no será eficiente y minará la autoridad de la organización".

La comunidad internacional se halla dividida sobre el futuro de Siria. Por un lado están Occidente y los países del Consejo de Cooperación del Golfo, de predominancia suní -contraria a los alauíes de Al Assad-, que abogan por elevar la intensidad de las sanciones y por ayudar a la oposición y, por ende, al ELS, tanto con armamento como con financiación.

En el lado opuesto, China, Rusia, Venezuela y otros países latinoamericanos alineados con el Gobierno de Hugo Chávez propugnan una resolución política interna que esté exenta de cualquier tipo de interferencia externa, lo que se ha traducido en un constante bloqueo de las resoluciones de condena debatidas en el Consejo de Seguridad de la ONU.

La muerte arrasa todo el país

En el resto de Siria, 28 personas han muerto en las provincias de Aleppo y de Idleb, ambas en el noroeste del país; 26 en Damasco, en la capital, 25 en Homs, en el oeste de Siria; 23 en tres localidades de la provincia de Deir ez Zor, en el noreste; 20 en Daraa, en el noroeste; siete en Hama (centro), dos en la ciudad costera de Latakia (oeste) y uno en As Suwaida, en el sur, según han precisado los CCL en un comunicado.

Por su parte, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, cuya base se encuentra en Reino Unido, informa de la muerte de más de 180 personas, de las cuales 126 eran civiles que no iban armados, al menos 38 soldados del Ejército sirio, 14 rebeldes y 5 militares desertores.

En un comunicado, Observatorio Sirio contabiliza, entre los civiles, 46 muertos en la provincia de Rif Dimashq, en el sur; 17 en Homs, quince en Idlib, catorce en Deraa, doce han perecido en Damasco, seis en Deir Ezzor y tres tanto en Latakia como en Hama.

En cuanto a las víctimas en las filas militares del lado rebelde y del gubernamental, la gran mayoría de los fallecidos se han registrado en la mitad occidental de Siria, mientras que tres de los cinco soldados desertores muertos este viernes se han producido en la provincia de Idlib.

Violencia sin límite

Más de 16.000 personas han perdido la vida en la ola de violencia que sacude Siria desde el inicio de los levantamientos contra el Gobierno de Al Assad en marzo del año pasado, según Naciones Unidas, si bien la oposición denuncia que dicha cifra supera ya los 19.000. Debido a la ausencia de periodistas internacionales sobre el terreno, estas cifras aportadas por las organizaciones activistas son difícilmente verificables.

Entretanto, la situación humanitaria empeora y los enfrentamientos entre ambos bandos se recrudece, con la llegada de los primeros combates al corazón de Damasco, uno de los bastiones a los que se aferraba el régimen de Al Assad. Las fronteras son ahora otro de los escenarios en los que se entremezclan violencia y desplazamientos masivos de población.

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