Un grupo rebelde que lucha contra las fuerzas gubernamentales sirias en la provincia de Hama ha cifrado en más de 220 las víctimas, en su mayoría civiles, que han muerto como consecuencia de la masacre perpetrada este jueves en la localidad de Tremseh por fuerzas leales al presidente, Bashar al Assad.
La ciudad de Tremseh fue primero bombardeada por el ejército del régimen y más tarde asaltada por las milicias de Shabbiha, de acuerdo con los testigos. El líder del Consejo Revolucionario de Hama ha explicado a la agencia Reuters que la ciudad ha sido atacada por helicópteros y tanques, así como por hombres armados.
Una parte de las víctimas murió como resultado de las bombas, mientras que otras recibieron disparos en la cabeza, a modo de ejecución.
Según el testimonio de los activistas recogido por Al-Arabiya en su web, los activistas aseguran que los helicópteros de Asad tenían como objetivo los camiones que trasladaban ayuda humanitaria hasta la ciudad, al tiempo que las tropas se centraban en el bombardeo del enclave usando tanques y misiles.
El Consejo Nacional Sirio ha hecho un llamamiento a Naciones Unidas para que sus observadores se trasladen a la zona y recojan pruebas de esta nueva masacre.
Mientras tanto, la televisión siria ofrece su propia versión de los hechos y asegura que son los "terroristas" quienes están detrás de la masacre y que las fuerzas del Gobierno sirio han entrado en la villa sólo tras la petición de ayuda de los residentes.