
A 18 días del inicio de la ofensiva en la Franja de Gaza y después de que hayan muerto ya más de 900 palestinos, demócratas y republicanos se han unido en el Congreso estadounidense para emitir una declaración en la que han ofrecido un férreo e incondicional apoyo a Israel reconociendo su "inalienable derecho" a defenderse de los ataques de Hamás.
Líderes demócratas y republicanos se han unido para presentar una resolución que respalda a Israel en el Senado pero no es la primera vez que lo hacen. Durante la guerra de Líbano en 2006 (donde murieron más de mil libaneses, la mayoría de ellos civiles), prácticamente toda la comunidad internacional criticó duramente la campaña de bombardeo de Israel, pero EEUU no. Más bien todo lo contrario.
Para asegurar la hegemonía de Israel en Oriente Próximo, el gobierno del todavía Primer Ministro Ehud Olmert recibe unos 3.000 millones de dólares de media en asistencia exterior directamente de Washington. Una cantidad de la que se aprovecha el 75% en ayuda militar y que equivale aproximadamente al 2% de su PIB. Además, Israel disfruta de unas "garantías de préstamo" que le permiten pedir dinero prestado a bancos de EEUU a tipos más bajos, y ahorrarse millones de dólares en tipos de interés.
Pero no acaba ahí la influencia israelí en territorio norteamericano. El presidente electo Barack Obama, el senador por Arizona John McCain, Hillary Clinton y hasta el desaparecido Bill Richardson han ido mostrando uno por uno su incondicional apoyo a la causa israelí a lo largo del pasado año ante la 'todopoderosa' audiencia del Comité Estadounidense de Asuntos Públicos de Israel (AIPAC en sus siglas en inglés), uno de los más influyentes grupos de presión pro-israelíes que hay en la actualidad en EEUU. Y siempre para demostrar un unísono sentimiento de proteger Israel "cueste lo que cueste".
Hasta el propio George W. Bush no dejó escapar la oportunidad de acordarse del movimiento sionista este lunes en su última rueda de prensa como presidente de EEUU.
¿Qué explica este comportamiento que une a líderes demócratas y republicanos en una misma causa? ¿Por qué hay tan poca disonancia entre los distintos partidos en lo que respecta al conflicto palestino-israelí?
El 'todopoderoso' 'lobby' israelí
En 1997, cuando la revista Fortune pidió a los miembros del Congreso que enumerasen los 'lobbys' más poderosos que operaban en Washington, el AIPAC se desmarcó infinitamente por delante de otros tan influyentes como el de las farmacéuticas, la Asociación nacional del Rifle o el del los propios sindicatos.
"Sencillamente, no existe otro 'lobby' comparable", ha llegado a afirmar el ex presidente del Comité de la Cámara para Asuntos Exteriores, Lee Hamilton. "Forman una clase aparte". Y no se equivoca.
La AIPAC, el Congreso Judioestadounidense, la ZOA, la Conferencia de Presidentes, el Fórum de Política Israelí, la ADL, Estadounidenses por un Israel Seguro, Amigos Estadounidenses del Likud y así hasta más de ochenta organizaciones judías de ámbito sólo nacional, sin contar los think tanks y comités de acción política (CAPs) dedicados a un objetivo común: financiar y promover única y exclusivamente a los candidatos al Congreso y presidentes más afines con el movimiento sionista con todo el dinero que haga falta (sólo el AIPAC cuenta con un presupuesto anual de aproximadamente 60 millones de dólares recaudado únicamente a partir de donaciones particulares). Y parece que de momento funciona, porque no ha existido aún el presidente de EEUU que condene el ataque desproporcionado de Israel hacia el pueblo palestino, o que al menos intente rebajarlo.
¿Qué pasará ahora que se acercan las elecciones en Israel y se enfrentan el grupo centrista Kadima con los 'neocons' de Netanyahu? Las encuestas dan la victoria a la derecha del Likud (contrario a la retirada de colonias en los Altos del Golán) y de cumplirse los pronósticos no parece próximo el fin del conflicto, si no más bien todo lo contrario, que dure más tiempo la violencia en Gaza.