El 'paintball' es una práctica comúnmente conocida y muy practicada por muchos aficionados. En un espacio limitado dos equipos se arman para combatir entre ellos. Se disparan unas pequeñas cápsulas de pintura. Gana el equipo que consiga arrebatarle la bandera al contrario. Hasta aquí todo normal. Lo sorprendente es que se practique en la capital de Afganistán, un país que tanto ha sufrido la guerra en las últimas décadas.
Aunque sea totalmente diferente a la guerra y constituya únicamente una diversión, como comenta un afgano, no deja de asombrar que esta moda llegue al país, y es que el 'paintball' está ganando mucha popularidad entre los jóvenes.
El dueño de uno de las empresas que ofertan el juego no descarta extenderlo por todo Afganistán, un país que no descansa de la lucha armada y que, a día de hoy, teme el avance talibán tras la salida de las tropas estadounidenses.