
Los cuatro policías turcos acusados de haber matado a golpes a un joven manifestante durante la revuelta antigubernamental de junio de 2013 en Turquía negaron este lunes las acusaciones que pesan en su contra, en el primer día de su juicio en Kayseri (centro).
"No arresté ni pegué a nadie (...) no estaba allí en el momento de los hechos", aseguró al juez el jefe de los agentes acusados, Savan Gekvunar.
Dos de sus colegas adoptaron la misma línea de defensa, a pesar de que fueron filmados por cámaras de vigilancia cuando golpeaban al joven.
Sólo uno de los cuatro policías, Mevlut Saldogan, admitió haber dado "una patadita" a la víctima.
Pero estas declaraciones se contradicen con las de uno de los otros cuatro acusados civiles. Los policías "golpearon hasta la muerte" a la víctima, afirmó Ebubekir Harlar, un panadero de 21 años, entre aplausos.
Por su parte, los padres de Ali Ismail Korkmaz reclamaron justicia para su hijo. "Mi Ali nunca hizo daño a nadie", afirmó su madre, Emel Korkmaz. "Era un joven modelo y fue masacrado por esos hombres", añadió.
Tras más de 14 horas de debates, el juez postergó la audiencia hasta el próximo 12 de mayo.
El 2 de junio de 2013, Ali Ismail Korkmaz, de 19 años, fue golpeado por varios individuos cuando trataba de escapar a una carga policial durante una manifestación contra Erdogan en Eskisehir, una gran ciudad estudiantil del oeste de Turquía.
El joven estudiante, víctima de una hemorragia cerebral, sucumbió a causa de sus heridas el 10 de julio, después de 38 días en estado de coma.
Los ocho acusados que comparecen desde el lunes, entre ellos cuatro policías, fueron filmados por las cámaras de vigilancia cuando golpeaban al joven, caído en el suelo, con bates de béisbol y cachiporras. Fueron inculpados de "asesinato con premeditación" y podrían ser condenados a cadena perpetua.
ba-pa/ml/it/pc/meb