Las operaciones de ataque de EEUU contra focos terroristas y líderes de Al Qaeda no logran servir de disuasión para los islamistas antioccidentales. Este domingo se ha vivido una jornada de golpes en ambas direcciones, con dos misiones de EEUU en Libia y Somalia -la primera, exitosa- y un intento de secuestro en Yemen a la embajadora alemana que ha terminado con su guardaespaldas muerto.
Estados Unidos ha dado este fin de semana un doble golpe en Libia y en Somalia para descabezar a los grupos yihadistas que tratan de controlar el continente africano tanto en los países musulmanes del Magreb, como en el centro subsahariano del Sahel, desde Senegal a Somalia; desde Sudán a Kenia y Tanzania.
Uno de los líderes terroristas más buscados
La operación en Libia se ha saldado con la captura del cerebro de los atentados de 1998 contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania.
Fuerzas estadounidenses lograron capturar a Nazih Abd al Hamid al Rughay, conocido como Al Libi, en una operación conjunta de unidades militares de Estados Unidos, la CIA (Agencia Central de Inteligencia) y FBI (Oficina Federal de Investigaciones), indicó el Times.
Al Libi figuraba en la lista de fugitivos más buscados por Estados Unidos al menos desde el 2000, cuando un tribunal de Nueva York le acusó de participar en la planificación de los ataques a las dos embajadas de EEUU en África.
El FBI había ofrecido una recompensa de hasta 5 millones de dólares por información que condujera a su captura.
Golpe confuso en Somalia
Un equipo de las fuerzas especiales de EEUU ha realizado, en la misma jornada, una incursión en una residencia en Somalia habitada frecuentemente por los líderes de la organización Al Shaabab, aunque finalmente se vieron obligados a escapar tras un intenso tiroteo sin saber si sus objetivos consiguieron sobrevivir o fallecieron durante el ataque.
El ataque fue ejecutado en una residencia de la costa de la localidad de Barawe por el Equipo Seis de los SEAL, la misma unidad que acabó con la vida del líder de la organización terrorista Al Qaeda en Pakistán, en 2011, según confirmaron fuentes de la Casa Blanca a la cadena estadounidense CNN.
El oficial se limitó a describir el objetivo como un "líder terrorista de Al Shabaab muy valioso". El portavoz del Pentágono, George Little, confirmó que se trataba de "un conocido terrorista de Al Shabaab".
Un portavoz del grupo, identificado como Abdiaziz Abu Musab, confirmó que uno de los integrantes de la organización falleció en el ataque. Los milicianos no encontraron nada más que un chaleco antibalas y dos escaleras cuando investigaron el lugar donde descubrieron a la unidad.
Al Qaeda devuelve el guante en Yemen
La jornada de triunfos militares estadounidenses sobre territorios islamistas se truncó con un ataque aún no reconocido por Al Qaeda pero que lleva su sello en la capital de Yemen.
Este domingo, un guardaespaldas de la embajadora alemana en Yemen, Carola Mueller-Holtkemper, ha fallecido a causa de varios disparos mientras protegía de un intento de secuestro a la diplomática, que ha conseguido escapar.
El intento de secuestro, que se ha realizado a la salida de un supermercado del barrio de Hadda, donde se localiza la Embajada alemana, es el último en una serie de ataques a representantes extranjeros en Yemen.
"Él estaba saliendo del supermercado y se dirigía a su coche", ha señalado una fuente oficial, mientras que el canal Al Arabiya ha recogido que el guardaespaldas había sido tiroteado por los asaltantes, que intentaban secuestrar a la embajadora.
Menos de una semana en Yemen
Mueller-Holtkemper llevaba en Yemen menos de una semana y acababa de presentar sus credenciales a las autoridades, según señala la página web de la Embajada.
Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA) y grupos afines han atentado en anteriores ocasiones contra objetivos occidentales y se les atribuyen una serie de asesinatos de extranjeros y funcionarios locales que llevan teniendo lugar desde 2011, incluyendo el ataque a la Embajada norteamericana en septiembre de 2012.
Alemania es uno de los países occidentales que había cerrado su Embajada a principios de agosto, después de que Estados Unidos alertara sobre un posible ataque terrorista en Oriente Próximo, aunque volvió a abrirla después de dos semanas de clausura.