Oriente Medio

El conflicto sirio arrastra a Irán y Turquía

El derramamiento de sangre en Siria ha tenido un marcado impacto en la relación de Turquía con su vecino Irán: son frecuentes las disputas verbales entre representantes de ambos países, que se acusan mutuamente de prestar ayuda bélica a sus aliados y de alentar la guerra. Lo que solían ser lazos de cooperación se han transformado en una lucha abierta entre rivales. Y está en juego el futuro mapa político de la región.

El jefe del Estado Mayor iraní, Hassan Firusabadi, advirtió a comienzos de esta semana que si Ankara continúa respaldando la política probélica de Estados Unidos en Siria, pronto tendrá que ver que le ha llegado también su turno de sufrir. Los responsables del derramamiento de sangre en suelo sirio son Arabia Saudita, Qatar y Turquía, aseguró.

El viceministro de Exteriores, Hussein-Amir Abdollahian, corresponsabilizó incluso a Turquía del secuestro de 47 iraníes y un afgano en Siria, argumentando que el gobierno turco respalda a la oposición armada. Y el actual presidente del Parlamento iraní, Ali Lariyani, incluso dejó en claro que Estados Unidos y "algunos países de la región" sufrirán las consecuencias del secuestro.

La ONU no se pone de acuerdo

Hasta ahora, el Consejo de Seguridad de la ONU no ha logrado ponerse de acuerdo para votar una resolución de condena al régimen sirio a causa de las divergencias entre Rusia y los países occidentales.

Casi 17 meses después de que empezara la revuelta, la violencia dejó más de 21 000 muertos, un millón y medio de desplazados y unos 150 000 refugiados en Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), que ayer contabilizó al menos 56 muertos, 25 de ellos civiles, durante los enfrentamientos.

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