Oriente Medio

Livni intenta seducir a la extrema derecha con un gobierno de unidad

La actual ministra de Asuntos Exteriores israelí, Tzipi Livni, del partido Kadima y ganadora de las elecciones en Israel ha asegurado a Avigdor Lieberman, del ultra derechista Yisrael Beiteinu, que ésta es "una oportunidad para un gobieno nacional de unidad".

"Estas elecciones presentan una oportunidad para un gobierno de unidad", ha aseverado Livni a Lieberman según The Jeruslamen Post. Así,con una coalicón con la derecha, quizás es com el Kadima pretende formar gobierno y solucionar la situación creada en Israel por las elecciones. de momento, ambos líderes han acordado reunirse de nuevo, según el diario israelí.

En este sentido, Livni ha reafirmado su ventaja frente al resto de formaciones y se ha hecho con 29 escaños, uno más de los que consiguió el opositor Likud de Benjamín Netanyahu, según el último balance ofrecido esta noche por los medios israelíes, con el 99% de los votos escrutados.

Pendientes de la formación del gobierno

A pesar de los primeros resultados de los comicios, no es del todo seguro que Livni consiga los 61 diputados necesarios para formar gobierno. Consciente de ello, ha invitado a su rival derechista Netanyahu a sumarse a un gobierno de unidad, que estaría liderado por el Kadima, aunque éste ha rechazado a priori su propuesta.

Así pues, queda por ver si la formación de Netanyahu, que en los últimos comicios de 2006 consiguió sólo 12 escaños, acaba uniéndose al Kadima o bien forma coalición con el bloque de derechas del país, que es claramente mayoritario.

En ese sentido, algunos medios locales destacaron como posibilidad futura la formación de una coalición entre el Likud y el tercer partido en resultados, el ultraderechista Yisrael Beiteinu (YB, Nuestro Hogar es Israel), de Avigdor Lieberman. Aunque Livni parece haberse adelantado.

Sistema de coaliciones

Por tanto, el Kadima obtuvo en el escrutinio 28 escaños, mientras que el Likud 27, pero al funcionar Israel bajo un complejo sistema parlamentario de coaliciones es Netanyahu el que a priori disfruta de una mayoría más estable.

Aliado con los partidos de su entorno ideológico, el líder del Likud tiene posibilidades de formar una coalición de 65 diputados, mientras que Livni sólo reuniría 55, y ello si se incluye a once diputados árabes que horas después de conocerse los resultados ya le habían retirado su confianza.

El embrollo se ha desencadenado por una falta de precisión en la ley electoral israelí, que atribuye al presidente, en este caso Simón Peres, la función de adjudicar el mandato de armar gobierno a uno de los candidatos, con la única condición de que sea diputado.

"El presidente del Estado encargará la misión, después de asesorarse con los representantes de los grupos parlamentarios, a uno de los diputados que acepte (ser primer ministro)", dice vagamente la Ley Básica del Gobierno.

La tradición política hasta ahora dicta, sin excepción, que el encargo lo recibía el líder del partido más votado, pero nunca se había dado una circunstancia en la que los a priori "perdedores" tuvieran mayoría absoluta para impedir la investidura.

Ambos proclaman su victoria

A pesar del apretado resultado, ambos candidatos han proclamado su victoria escasas horas antes de que se cerrara el escrutinio y asegurado que se convertirían en el próximo primer ministro del país. "Hoy la gente ha elegido al Kadima y formaremos el próximo Gobierno", ha asegurado Livni, quien añadió que había ofrecido formar un gobierno de unidad a Netanyahu, aunque éste "lo rechazó y ha aseverado que había que esperar a que la gente decidiese". Además, ha pedido a la derecha que "respete los deseos de los votantes".

El partido de ultraderecha Yisrael Beiteinu (YB, Nuestro Hogar es Israel), liderado por Avigdor Lieberman, permanece en tercer lugar con un total de 15 escaños, mientras que el Partido Laborista de Ehud Barak, habría conseguido 13 del total de 120 de la Knesset (Parlamento).

Ni Barak ni Lieberman se han decantado con la difusión de los primeros resultados por ninguna de las dos formaciones mayoritarias, lo que genera todavía más dudas de cara a acordar una coalición de Gobierno.

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