
Los Ángeles Lakers consiguieron su primera victoria de la temporada -no vencían desde el 18 de mayo- con una demostración de superioridad en toda regla frente a un rival débil como Detroit Pistons, a los que avasallaron por 108-79.
Los californianos evitaron así un arranque con cuatro derrotas, algo que no sucede desde 1957, cuando la franquicia tenía su sede en Mineápolis.
Dwight Howard estuvo sensacional con 28 puntos en 33 minutos, apoyado por Kobe Bryant (15 tantos, 8 asistencias y 7 rebotes) y Pau Gasol (14 puntos y 5 rebotes). Por los de Michigan destacó Jonas Jerebko con 18 tantos.
La velocidad y el sentido en la distribución de balón dieron un nuevo aire al ataque angelino, que comenzó con un 8-2 en apenas un minuto de juego y provocó el primer tiempo muerto de Lawrence Frank.
No sirvió de mucho. Las cosas se pusieron de cara rápidamente para los locales debido a la enorme ventaja de centímetros y calidad en la zona, algo que aprovecharon Gasol y Howard sin piedad (21 de los primeros 25 puntos de los suyos) a pesar de la resistencia de Jason Maxiell.
Tres triples seguidos obra de Bryant -dos- y Darius Morris disparó la ventaja californiana (34-13) al término del primer periodo, mientras Detroit se hundía al anotar únicamente 6 de sus 18 tiros (un 33,3 por ciento).
El equipo de Mike Brown, fuerte en defensa, no se relajó con la entrada de la segunda unidad y mantuvo esa renta con Howard en pista como único integrante del quinteto titular. Por los Pistons solo Jerebko y el exmadridista Kyle Singler parecían ofrecer cierta resistencia y ganas al partido.
Howard siguió dominando la pintura a sus anchas, ya fuera culminando alley-oops o con ágiles movimientos en la zona (44-21). De esa manera el pívot alcanzó los 20 puntos antes de llegar al descanso, muy bien suministrado de balones por sus compañeros, especialmente Bryant, con siete asistencias en el ecuador del choque.