Arganda del Rey (Madrid), 28 jun (EFE).- Estaba previsto que el público que se acercaba a la ciudad del rock construida en Arganda del Rey para celebrar Rock in Río Madrid iba a presenciar ese viaje con el que Carlinhos Brown obsequia a sus seguidores y les teletransporta al mismísimo carnaval de Salvador de Bahía.
Y así ocurrió una vez más, pero Carlinhos Brown no estuvo solo, le acompañó otra bahiense como es la sugerente Ivete Sangalo, que le precedió en el Escenario Mundo de Rock in Río -en donde actúan también Tokio Hotel y El Canto del Loco- y compartió más tarde con él unos minutos.
Con un penacho indígena en la cabeza, Carlihnos Brown se encontró con un público entregado desde el principio -muchos de ellos eran también brasileños- pero sobre todo cuando sonaron sus tan conocidas "Magdalena", "Pandeiro-deiro" o "Carlito Marrón", momentos en los que el césped del Escenario Mundo se convertía en una especie de sambódromo carnavalero.
Carlinhos Brown subió y bajó del escenario varias veces, lució bandera de Brasil y camiseta de la selección española de fútbol, logró hacer que el público se moviera de un lado al otro del recinto y que saltará sin parar al ritmo de esa percusión, que el asegura que "viene de corazón".
Explosiva, exhuberante, guapa,..., así es Ivete Sangalo, una de las cantantes brasileñas más populares del momento, también de Bahía como Carlihnos Brown y la encargada de abrir el Escenario Mundo.
Samba, capoeira, lambada, incluso unos toques de salsa, luce Ivete Sangalo en su espectáculo, durante el que, acompañada por doce músicos y cinco bailarines, no duda en cambiarse de vestuario y pasar de llevar un ceñido traje de cuero negro a un vestido blanco minifaldero.
Con un breve problema de sonido, que supo subsanar a golpe de cadera, la cantante brasileña hizo las delicias de españoles y un buen número de compatriotas que se agolpaban delante del escenario, de ahí que ella, que se atrevió a versionar el "Corazón partío", de Alejandro Sanz -quien también tiene su cita con Rock in Río el próximo sábado- se paseara de un lado al otro del Escenario Mundo con las banderas de España y Brasil para cerrar el concierto.
El público de Rock in Río Madrid era hoy muy diferente del de ayer. Quizá, el hecho de que fuera viernes, hizo que los espectadores que se acercaron ayer a la ciudad del rock, fueran de la también cercana Arganda del Rey y eso creara un cierto ambiente de fiesta de barrio.
Hoy sábado, pese al sofocante calor, la gente tenía ganas de baile y el tipo de espectador medio era muy joven, quizá atraídos por una de las bandas de mayor tirón entre adolescentes, los alemanes Tokio Hotel, que horas antes de su concierto no dudaron en apostar por un tres a dos a favor de Alemania en la final de la Eurocopa de Fútbol contra España.
Los gemelos Bill y Tom Kaulitz, Georg Listing y Gustav Schäfer también señalaron que, tras su reciente actuación en Barcelona (noreste de España), han notado un "buen feedback" con las fans españolas y reconocieron haber tenido mucha suerte en su fulgurante carrera -tres discos en tres años- algo que todavía están "digiriendo".
Otros que tienen mucho tirón entre los más jóvenes, incluso entre los más pequeños, son los madrileños de El canto del loco, la banda liderada por Dani Martín y encargada de cerrar las actuaciones en el escenario principal del primer fin de semana de Rock in Río Madrid, en donde hasta altas horas de la madrugada sigue la fiesta en la zona de Electrónica, con el pinchadiscos español Cristian Varela y el británico Carl Cox.
No todo fue samba y pop juvenil en Rock in Río, el rock alternativo del Hot Stage estuvo presente con la banda sueca Mando Diao y las españolas Ragdog y Standard.
Los Ragdog (de Vigo, noroeste de España), ganadores del primer certamen Movistar para grupos, y los bilbaínos Standard, que fueron acreedores del "proyecto demo" del FIB, tocaron durante dos horas y media ante un público que evitó todo lo prescindible en su vestimenta para combatir el sofocante calor que atacaba Madrid.