Música

El grupo Elefantes asegura que querían enseñar que no regresarían "haciendo lo mismo"

Madrid, 14 mar (EFE).- ¿Puede una banda hacer la misma música después de 9 años de separación? Con "Escuchar al viento", primer avance de su primer disco de estudio en mucho tiempo, Elefantes quisieron dejar constancia de que, aunque en ellos todavía hay mucho del grupo luminoso que fueron, el tiempo ha obrado sus cambios.

"Queríamos enseñarle a la gente que estamos vivos y que no regresaríamos haciendo lo mismo, que hemos evolucionado y que eso se refleja en las canciones", explica el vocalista Juan Manuel Álvarez Puig, alias Shuarma, en una entrevista con Efe ante la publicación el próximo martes de "El rinoceronte" (Warner Music).

Reconoce que aquel "avance, que no single", creó algo de "confusión" entre sus seguidores más atados a sus viejas señas de identidad y probablemente más reconfortados por el tono más claro del sencillo "Equilibrios", el que originalmente estaba programado para aparecer antes.

"Creo que en este disco hay de todo. Es muy amplio a nivel sonoro y muy emocional, con momentos distintos de todas nuestras épocas", defiende el músico barcelonés, que considera que "la gran victoria" de "El rinoceronte" consiste en que "suena mucho a banda".

La confianza en que la unión hace la fuerza yacía ya en las primeras canciones, que surgieron hace "año y pico", cuando Shuarma preparaba su cuarto disco en solitario y se encontró con temas que "brillarían más" con todos sus excompañeros.

Aquella idea, que con el grupo disuelto desde 2005 no pasaba de ser más que un sueño, se convirtió en una realidad meses después, cuando Shuarma, Jordi Ramiro, Julio Cascán y Hugo Toscano se reencontraron el pasado verano y comprobaron que los motivos de la disolución ya no existían.

"Perdimos algo entre nosotros, algo que no sabes definir pero que, si no está, ya no crees en ello", recuerda el vocalista sobre el final de la primera etapa de Elefantes, que comenzó en 1998 con "El hombre pez" y se cerró en 2006 con el recopilatorio "Gracias", a destacar entre medias "Azul" (2000) y "La forma de mover tus manos" (2000), producido por Phil Manzanera.

De nuevo juntos, aseguran que esto no es una reunión puntual y subrayan cómo ha vuelto el ímpetu de los comienzos, facturando en pocos meses un nuevo disco y una gira que comenzará el 28 de marzo en Zaragoza y que les llevará en abril a Barcelona y Madrid, donde dos de sus conciertos ya han agotado las entradas.

Empezando por las guitarras eléctricas de Hugo Toscano, este es un disco que pisa el "terreno" de todos los Elefantes, defiende Shuarma, aunque su sello personal también está muy presente. "Yo he seguido componiendo, y eso tiene un peso", justifica.

Ahí están Santos & Fluren a la producción, como en su último disco en solitario, "Grietas" (2012), y también la melancolía explorada en sus trabajos propios.

"El sufrimiento crea la necesidad de expresarse sobre lo que sientes y la alegría es menos agradecida a la hora de compartir, al menos en mi caso", afirma.

El disco se cierra con "El rinoceronte", una canción "escrita sin pensar" que apela a un símbolo ambiguo, recuperando la tradición original del grupo de abrirse al "inconsciente" en sus motivos.

"A medida que tuvimos éxito y esto se hizo más grande, nos anquilosamos en nuestro discurso, quizás dimos de lado esa parte más mágica y era importante recuperarla", explica sobre una metáfora que para él tiene "algo de amenaza", mientras que para el "feng shui" simboliza protección.

En este sexto disco de estudio, abundan en cualquier caso los pasajes más optimistas, con una clara llamada a la unión.

"'Momentos' defiende que este no es el momento para exiliarse emocionalmente, sino para vivir con profundidad los sentimientos, para la revolución interna y para despertar la llama que todos llevamos dentro", dice sobre una canción inspirada en su entorno y también en la feliz etapa actual de Elefantes.

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